Ingo NIEBEL
Historiador y periodista
PANORAMA POLÍTICO EN ALEMANIA

Los muchos cumpleaños de los ecologistas Verdes alemanes

Los ecologistas alemanes Bündnis90/Die Grünen (Alianza 90/Los Verdes) celebran desde el año pasado su 40 aniversario. En diferentes fechas, recuerdan la constitución a nivel regional de las varias sensibilidades políticas que fundaron el partido. Varias veces al borde de la desaparición, ahora se cotizan como la segunda fuerza a nivel nacional.

Hace cuatro décadas, nadie se atrevía a pensar que los Verdes podrían llegar hasta aquí en un sistema político que pretendían cambiar con su «nuevo estilo» de hacer política. Iban contra la corriente impulsada por los partidos tradicionales de la República Federal de Alemania (RFA), la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la actual canciller Angela Merkel y su socia regional, la bávara Unión Social Cristiana (CSU), el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y el Partido Liberaldemocrático (FDP).

A finales de los 70, empezaron a crearse a nivel municipal y regional las primeras «listas alternativas», grupos electorales compuestos por personas procedentes de los variopintos movimientos ecologistas y pacifistas más otras arraigadas política e ideológicamente en grupos izquierdistas al margen del ámbito controlado por la URSS.

Quizás el único denominador común que existía entonces en aquel universo con más colores que el arcoíris era que no se sería como los demás partidos. Así se explica por qué en 1979 debutó electoralmente, concurriendo en los comicios europeos bajo la denominación «Asociación Política de Más» (SPV). El lenguaje jurídico alemán define así a un grupo que se presenta a las elecciones sin tener la calidad legal de un partido político.

Sus candidatos principales eran la pacifista Petra Kelly, formada políticamente en los EEUU de John F. Kennedy, y el ecologista y exmiembro de la CDU Herbert Gruhl.

El 3,2% de los votos no permitió a la SPV entrar en la Cámara europea, pero los 4,5 millones de marcos (2,25 millones de euros) de subvención le ayudaron a organizarse como partido. Así se inició la dinámica que culminó en la fundación del partido el 13 de enero de 1980.

Si las elecciones a la Eurocámara tuvieran lugar ahora, los Verdes obtendrían 19 puntos, once menos que la CDU/CSU y dos más que el SPD, según Infratest Dimap. Los datos &dcThree;mejoran un poco respecto a las encuestas para unos comicios alemanes que, no obstante, no se celebrarán hasta el 2021.

Esto significa que los Verdes podrían sustituir al SPD como socio de bipartito con la CDU/CSU y formar una Gran Coalición de nueva índole. En este escenario, los expertos estiman en un 38% el potencial electoral de los Verdes.

Un tercio de sus votantes vive en las grandes ciudades y dispone de 3.200 euros al mes, un sueldo superior a la media alemana. La mayoría de sus simpatizantes se ubica más en el centro político y menos en la izquierda. Visto así, los Verdes compiten con la CDU y el FDP.

Pese a estos datos favorables, el futuro del partido, liderado por Annalena Baerbock y Robert Habeck depende de la política actual. Estos días, los altísimos precios de alquiler de viviendas han sacado a decenas de miles de personas a las calles, La situación ha llevado a hablar incluso de «expropiar» a grandes empresas del sector.

«Si los propietarios no quieren ni construir [viviendas] ni venderlas al municipio habrá que hacerlo», defendió Habeck basándose en la Ley Fundamental. «Podría empezar con los apartamentos de lujos de sus simpatizantes verdes en el Prenzlauer Berg», le respondió el secretario general de la CSU, Markus Blume, aludiendo a uno de los barrios «hip» de Berlín.

Habeck muestra flexibilidad política. Utiliza, con la expropiación, un vocablo propio de la izquierda para cazar votos en coto del partido socialista Die Linke, actualmente en crisis. Pero aludiendo a la constitucionalidad de esta medida excepcional, tampoco asusta al centro político, ya que los alquileres afectan también a la clase media.

Más arriesgado es el plan de los Verdes de no registrar más coches de combustión en Alemania a partir de 2030 porque ataca a la vaca sagrada del país, el automóvil. La industria automovilística es el sector clave de su economía. Aunque impulsa el coche eléctrico, aún no ha se ha decidido por el sistema de propulsión.

En materia de política interior, los Verdes defienden la «sociedad de muchos» como alternativa al nacional-populismo derechista. Por eso, y por su débil presencia en el este alemán, se han convertido en el blanco principal de la nueva derecha y de su partido mayoritario, la Alternativa para Alemania (AfD).

A nivel internacional, los Verdes son políticamente compatibles con la CDU/CSU y el SPD tras haber llevado junto a este último al país a dos guerras desde 1939: Yugoslavia (1999) y Afganistán (2001). Su diputado Cem Özdemir ha sido de los primeros en reconocer al autoproclamado «presidente encargado» de Venezuela, Juan Guaidó.

Para el 40 aniversario de su fundación, en 2020, los Verdes quieren presentar un nuevo programa de partido muy distinto al de sus orígenes.