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Los socialdemócratas celebran el triunfo en Finlandia

El auge de la ultraderecha en Europa volvía a evidenciarse anoche con el excelente resultado obtenido por Verdaderos Finlandeses, que a punto estuvieron de arrebatar la victoria a los socialdemócratas.

El Partido Socialdemócrata (SDP) de Antti Rinne, el favorito para el triunfo en las elecciones legislativas disputadas ayer en Finlandia, celebró ayer una ajustadísima victoria, ya que el resultado arrojó prácticamente un empate técnico con el ultraderechista y xenófobo Verdaderos Finlandeses, de Jussi Halla-aho. El Partido del Centro, del primer ministro saliente, Juha Sipilä, quedó relegado a la cuarta posición, mientras que el derechista Kokoomus, del ministro de Finanzas en funciones, Petteri Orpo, fue relegado al tercer lugar.

«Por primera vez desde 1999, los socialdemócratas son el partido del primer ministro», celebró Rinne ante sus seguidores.

Con el 98% de los votos escrutados, los socialdemócratas habrían obtenido 40 de los 200 escaños en el Parlamento, con el 17,7% de los apoyos, mientras que los Verdaderos Finlandeses se habrían hecho con 39.

«No esperaba este resultado, nadie esperaba esto», admitió, asombrado Halla-aho, cuyo partido ha evidenciado de nuevo el auge de la ola ultraderechista que recorre Europa.

Por detrás de estos dos partidos se situaría derechista Kokoomus, con un 16,9% de votos y 38 escaños; y el Partido del Centro, con el 13,9% y 30 asientos (18 menos). «Somos los grandes perdedores de estas elecciones», lamentó Sipilä.

La ecologista Liga Verde obtuvo el 11,4% de votos y 23 escaños y la Alianza de Izquierda alcanzó el 8,2% de votos y 15 puestos. Por detrás quedaron el Partido Popular Sueco de Finlandia (4,5% y 9 escaños) y el Partido Cristianodemócrata (3,9% y 5 representantes).

Reforma Azul, una escisión más moderada de Verdaderos Finlandeses, se hundió y apenas logró un 1% de los votos.

Con estos datos, el Parlamento estará muy fragmentado y serán necesarias amplias alianzas para lograr un Gobierno estable, aunque los socialdemócratas parecen dispuestos a intentarlo tras su histórica victoria. «La reforma contra el paro y de la educación serán las prioridades del gobierno que lidere el SDP. También los impuestos», afirmó Rinne tras declararse vencedor.