Mikel INSAUSTI
UN CORAZÓN EXTRAORDINARIO

La dramedia con cuidador-enfermo funciona

El fenómeno del cine francófono que fue la dramedia interracial consagrada el binomio cuidador-enfermo “Intocable” (2011) se ha extendido a todas las latitudes, y el cine alemán tiene también su versión particular con “Un corazón extraordinario” (2017) . El papel del cuidador lo interpreta el actor de origen árabe Elyas M’Barek, mientras que el del paciente adolescente corre a cargo de Philip Noah Schwarz. Dirige el experimentado Marc Rothemund, que alcanzó fama internacional con “Sophie Scholl: Los últimos días” (2005), sobre la resistencia juvenil al nazismo, y que en la Berlinale recibió el premio a la Mejor Dirección y a la Mejor Actriz para Julia Jentsch, siendo además nominada como Mejor Película de Habla No Inglesa para el Óscar.

Pero Rothemund ya se había acercado más a lo que nos ofrece ahora con su anterior “Cita a ciegas con la vida” (2017), en la que ilustra la superación de una discapacidad con el caso de un joven invidente que lucha por hacerse con un puesto de trabajo en un hotel de lujo.

Para su nueva propuesta se basa en un suceso real que fue novelado por Daniel Meyer y Lars Amend, acerca de la relación casual de amistad entre un chico de treinta años y un adolescente de 15. Al doblarle la edad el primero hace las veces de hermano mayor que protege al pequeño. Todo surge cuando el médico que atiende al paciente aquejado de una grave enfermedad cardiaca decide encontrarle un cuidador, y nadie mejor que su hijo, un vividor al que así le dará una responsabilidad que le aleje de su existencia noctámbula. Lenny, que así se llama el elegido, empatizará con David y se esforzará en realizar todos sus deseos, para lo que tendrá que romper las normas y barreras familiares. Resulta que David sufre a una madre sobreprotectora que le obligá a seguir el tratamiento y la medicación, sin poder disfrutar de la vida.