I.I.
GASTEIZ

Los partidos españoles se pelean por un debate sin «periféricos»

La decisión de la Junta Electoral Central de no permitir la presencia de Vox en el debate que iba a emitir Atresmedia el martes, junto a los candidatos de PSOE, PP y Cs, ha abierto una nueva pelea entre los partidos españoles, sobre cuántos debates debe haber y si tiene que sumase a los grupales un cara a cara entre Pedro Sánchez y Pablo Casado, como demandan desde la calle Génova.

A la vista de que el debate iba a quedar «a cuatro», TVE reiteró su invitación a los partidos y el presidente del Gobierno y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, optó por acudir a la televisión pública. Según explicó la portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, en ausencia de Vox «obviamente» la oferta del ente público «prima sobre cualquier otra». Atresmedia asegura que cuenta con la confirmación de PP, Cs y UP en su debate y que quien no acuda verá su atril vacío.

Entre tanto, pocos reparan en que las elecciones no son presidenciales y que, por tanto, debería estar abierto a otros partidos que, además, son ampliamente mayoritarios en sus respectivas comunidades. Por ejemplo, todos los candidatos que pueden reunirse en el debate «a cuatro» apenas suman el 39,01% del voto al Parlamento de Gasteiz.

El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, denunció que se intente «silenciar» a su partido en los debates televisivos tras haber sido «decisivos» en la legislatura. El PNV sí que estuvo en el programa que TVE emitió el martes con la participación de los seis grupos parlamentarios, dejando fuera al Grupo Mixto. Ortuzar lo ve como una «compensación». «Somos como la pedrea, cuando no te toca el gordo, te toca dinero atrás», dijo en una entrevista en la Cadena Ser.

ERC anunció que luchará «hasta el final» para estar en el debate de RTVE. Gabriel Rufián apuntó que han presentado un escrito ante la Junta Electoral Central y afirmó que «haremos todo lo posible por estar allí. La presencia del republicanismo en este debate es de interés general votes a quien votes».

Desde EH Bildu, Oskar Matute criticó que «esos debates nacen viciados» y con el objetivo de «polarizar la campaña en torno a cuatro siglas», cuando en Euskal Herria hay «dinámicas propias que hacen salir de esos marcos conceptuales que nos plantean». Añadió que «a quien más favor le ha hecho» la prohibición por la JEC del debate «a cinco» es a Vox. «Le va muy bien dejando que hablen de él y no teniendo que exhibirse porque, si se exhiben, tiene que exhibir sus miserias y son muy grandes como para nadie las pase por alto», consideró.

El grupo de whatsapp de Vox

Ante la decisión de la JEC de no admitir su presencia en el debate por no llegar al 5% de representación, Vox recurrió al Tribunal Supremo, que tampoco le dio la razón. Lo que sucede es que, como señalaba Matute, parece que a Vox, en realidad, la prohibición «le va muy bien».

Ayer se filtró una conversación en ese sentido entre dirigentes de Vox que acabaron enviando por error a un grupo de whatsapp en el que estaban incluidos varios periodistas. En el texto se lee que «cuando nos pregunten por el debate (aunque sea off the record) trasladamos nuestro gran cabreo porque íbamos a ganar ese debate. Nada de decir que nos venía bien».

Pese a las evidencias, Santiago Abascal calificó de «hurto» su exclusión del debate y afirmó que «ha quedado demostrado quién manda desde hace décadas; los separatistas, que han recurrido empujados por el PSOE y la derechita cobarde».

Casado quiere un cara a cara

El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Pablo Casado, anunció ayer que él va a aceptar «todos los debates» que le propongan y se mostró partidario de acudir tanto a TVE como al grupo Atresmedia. Al mismo tiempo, exigió al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, que no sea «cobarde» y acceda a un cara a cara.

El PSOE no quiere conceder a Casado la categoría de candidato a presidente del Gobierno que supondría este debate a dos, con la excusa de que no está claro cuál de los partidos de la derecha será el que quede en primera posición entre ellos.

Pero Pedro Sánchez fue ayer objetivo de «fuego amigo». El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero señaló que es «atractivo» y «clarificador» que los grandes partidos tengan un cara a cara y recordó que él tuvo dos debates con Mariano Rajoy. No obstante, hizo una concesión a la estrategia actual de su partido apuntando que «ahora hay un problema en la derecha, no se sabe muy bien cuál es el gran partido».

Se esperan nuevos capítulos en los próximos días.