Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

Al fútbol con la calculadora

El Huesca necesita ganar para mantener sus mínimas opciones de salvación; el Eibar paraasegurarse de una vez la permanencia. El equipoarmero vuelve a viajar bajo mínimos.

La Liga entra en su recta final y todo está por decidir. El Barcelona tiene medio título en el bolsillo y el Huesca un pie en Segunda pero, con sólo 15 puntos en juego, apenas hay un puñado de certezas: únicamente los seis primeros clasificados tienen la permanencia asegurada y Europa sólo es matemáticamente imposible para los dos últimos. Así que, al menos en esta 35ª jornada, hay que ir al fútbol con calculadora.

Lo hará, desde luego, el Huesca, obligado a salvar su último cartucho. No para salvarse, para lo que necesita sumar al menos diez puntos y que los tres equipos que le preceden no vuelvan a ganar en lo que queda de Liga. Pero sí al menos para llegar a la próxima jornada pudiendo seguir apelando a las matemáticas y al milagro.

Pero también el Eibar sigue obligado a hacer cuentas. Aún en sus complicadas circunstancias –enfermería repleta y jugadores sin recambio que ya deben tener sobrecargadas hasta las pestañas en un calendario cargadísimo–, el equipo azulgrana ha seguido compitiendo a buen nivel frente a equipos de máxima exigencia. Pero los números son los que son: en los tres partidos que ha disputado desde su decisiva victoria frente al Rayo, sólo ha podido sumar un punto. Y eso le deja en los 40, con un colchón de cuatro equipos y ocho puntos cuando quedan quince en juego, rivales como Celta o Villarreal que no se resignan y han recortado considerablemente su desventaja y un calendario por delante que no invita al optimismo. Tras su paso por El Alcoraz, sobre el papel su compromiso más asequible en esta recta final del campeonato, el Eibar visitará a un Valencia intratable en los últimos tiempos, recibirá a un Betis a la baja pero imprevisible, disputará en El Madrigal un partido a cara de perro y cerrará el calendario recibiendo a un Barcelona con el que ha perdido en todos sus enfrentamientos. Así que la situación de los azulgranas es cómoda pero no tanto como para olvidar la calculadora. Qué decir si no consigue un resultado positivo esta tarde.

Vuelve Diop

El principal problema, más que en el rival, vuelve a residir en la situación en la que ha viajado el propio Eibar. La buena noticia es que José Luis Mendilibar recupera a Pape Diop, que se ha perdido los tres últimos partidos por una rotura fibrilar. La mala, que a los cuatro jugadores que todavía conforman el parte de lesionados –Peña, Ramis, Arbilla y Bigas– se les unen hoy dos sancionados, Cote y Jordán, que el sábado completaron ciclo de amarillas. O eso parece porque ayer en Ipurua ni siquiera tenían claro cuándo se reunía el Comité de Competición. Pero sí que la sanción era inamovible así que ni siquiera se llevan a los dos futbolistas por si acaso. En definitiva, otras dos bajas, de nuevo en defensa y centro del campo, donde a Mendilibar apenas le quedan efectivos, aún contando con los futbolistas que están jugando fuera de su posición habitual.

Diop, lógicamente, entra en la convocatoria, en la que se mantienen los jugadores del filial Kaiser y Miguel Marí y a la que también se incorpora Jordi Calavera. El catalán sólo había entrado en otra citación liguera, en la tercera jornada ante la Real, en un curso en el que sólo ha disputado siete minutos de competición oficial: los que aguantó en la visita copera al Molinón antes de lesionarse.

Hoy tiene opciones de jugar, para que De Blasis se tome un respiro o se coloque en la izquierda por delante de Cucurella. Pero parece más probable que Mendilibar, que anuncia «cuatro o cinco cambios», introduzca una sola novedad, obligatoria, en defensa: Cucurella por Cote. Diop entraría en el centro del campo junto a Escalante –o Marí, dependiendo cómo se encuentre el argentino–, Pedro León y, con más dudas, Pere Milla entrarían en las alas y Charles y Kike se harían cargo de la punta de ataque.

«Será un partido duro y peligroso», advierte Mendilibar

El Eibar visita al colista pero no espera un partido fácil. Mendilibar, de hecho, augura un choque «duro y peligroso».

Lo será porque el Huesca afronta «su última oportunidad para mantener alguna esperanza». Pero también por cómo juegan los aragoneses. «Es el último por algo pero es uno de los equipos que más llega al área rival –recuerda el técnico–. Luego hay que acertar pero una cosa ya hacen bien: llegar, centrar, ser agresivos. Si están con el día acertado... Habrá que tener cuidado». A.U.L.