KIROLBET BASKONIA 87

SAN PABLO BURGOS 79

La derrota del Barcelona el viernes en el Palau ante Valencia Basket por 72-78 aupaba a Kirolbet Baskonia a la segunda plaza de la Liga Regular, una segunda plaza que pudo consolidar ayer tras superar con muchos problemas a un correoso San Pablo Burgos que le discutió el triunfo hasta el último minuto. El enorme talento de Luca Vildoza decidió la suerte del choque.

Sin embargo, no todo fueron buenas noticias. Tornike Shengelia volvió a romperse la nariz, después de que Augusto Lima le diese un codazo fortuito al ala-pívot georgiano, que debió abandonar el parqué ensangrentado. Ya para entonces los gasteiztarras debían afrontar el partido sin Hilliard, ausente con permiso del club debido a su inminente paternidad, por lo que el partido se le complicó por momentos a un Velimir Perasovic que, por unas razones y otras, se vio francamente desquiciado casi hasta el final, llegando a arrojar una pizarra después de una absurda pérdida de sus muchachos.

Incómodos hasta el final

Pese a que el duelo arrancó con un 13-4 a favor de los de Perasovic, la igualdad tornó en seguida en la tónica dominante del encuentro. San Pablo Burgos, a pesar de la ausencia por sanción de Dominique Sutton, logró que Kirolbet Baskonia jamás se encontrase cómodo en su cancha. En buena medida, un arbitraje muy tiquis-miquis con los contactos contribuyó en ello.

No obstante, los propios jugadores castellanos también pusieron de su parte. Así, el ex de Gipuzkoa Basket Goran Huskic volvió a ser un dolor de cabeza en el poste bajo, superando a Poirier en acciones de clase pura. Asimismo, Frazier asomaba como una avispa que ataca a picotazos, sacando ora un triple, ora dos tiros libres ante un Baskonia que, por su parte, mucho tuvo que agradecer al acierto triplista de Garino y a los buenos minutos de Sedekerskis.

Pero al llegar el último cuarto, tras acabar el tercer asalto con 62-59 en el marcador, los de Diego Epifanio le endosaron un parcial de 4-12 a los baskonistas, amén de que Vildoza tuvo que tomarse un breve respiro –jugó 34 minutos y medio– a cuenta de las faltas. Valiéndose de esos detalles, San Pablo Burgos se adelantó 66-71 y las alarmas empezaron a sonar.

Ahí fue cuando surgió el mejor Vildoza. Primero, porque conectó un par de veces con un desasistido Poirier; segundo, porque adelantó al Baskonia con un gran triple y otras canastas de talento puro; tercero, porque valiéndose del error de un mal triple de Huskic, «alimentó» a Shavon Shields para que este decidiera el partido con cinco puntos en el último minuto. ¡Pero qué victoria más cara!