Gloria Latasa
gloriameteo@hotmail.com
AZKEN PUNTUA

Albedo

La radiación solar que llega a la superficie de la Tierra es absorbida por la misma y transformada en calor. Posteriormente, el excedente de energía será devuelto hacia la atmósfera. A esa energía irradiada por el suelo se le conoce como albedo.

Cada superficie tiene su propio albedo. La nieve fresca, por ejemplo, tiene un albedo del 90%; es decir, devuelve hasta un 90% de la energía que recibe (nos quemamos tanto en la nieve porque estamos expuestos a la radiación solar y a la irradiación del manto blanco). La arena, un 45% (en la playa te puedes quemar incluso bajo una sombrilla). El hielo, un 60%...

El albedo está relacionado con el color. Las superficies claras devuelven una gran parte de la energía recibida y, por ello, tienen un efecto refrigerante. Es la razón por la que vestimos con colores claros en verano y por la que en zonas con climas cálidos se pintan las casas de blanco (pueblos andaluces). Los colores oscuros, por el contrario, absorben mucha energía y tienen un efecto calentador.

Las variaciones en la cantidad de energía recibida y emitida (que varía según las regiones) condicionan el calentamiento del aire y, por tanto, la distribución de los climas y de la circulación atmosférica. A escala planetaria el balance energético es igual a cero; sin embargo, en pocos lugares dicho balance se encuentra en equilibrio.