Terminó su primera temporada el programa de humor hecho por cómicas, “Las que faltaban” en el canal #0, y al igual que opiné de manera categórica en su primera entrega, sobre sus deficiencias, sus reiteraciones y su necesidad, debo admitir que me precipité en mi opinión y no dejé que entrara el beneficio de la duda ya que había un buen equipo al frente y detrás del proyecto y todo lo que pareció muy improvisado, poco elaborado fue tornándose una manera de definir la propuesta y quizás podríamos llegar a pensar que se trata de su apuesta conceptual la que ha ido ganando terreno, eficacia, frescura y la continuidad ha sido oportuna.

En cada entrega ha ido mejorando el ritmo, se han ajustado mejor las intervenciones, se ha sabido utilizar mejor el espacio discotequero donde se graba, aunque insisto, es una opción que en ocasiones aporta cercanía al público presente, le da un aire de directo, pero que en el lenguaje estrictamente televisivo le recorta posibilidades, o le coloca un estorbo que a veces se nota demasiado.

Thais Villas ha ido creciendo en la presentación y sus compañeras han ido delimitando cada una de ellas, su personaje, su temática, su manera de mirar al mundo y al amor, o sea al sexo, desde su condición de mujeres inteligentes, libres, sin prejuicios y capaces de colocarse en la picota del humor incorrecto. Probablemente la insistencia en ciertos temas pueda confundir a los varones, pero es porque parten desde el heteropatriarcado de siempre, que el humor sexual es patrimonio de ellos y que ellas simplemente eran sujetos del chiste, no las protagonistas activas.

Se tiene que afinar más, pulir detalles, hay tiempo para aportar ideas y ajustar todo, pero supongo que empieza a ser un espacio necesario que está dando a conocer unas cómicas relevantes.