A. INTXUSTA
IRUÑEA
MOVIMIENTOS POSTELECTORALES

Chivite lleva el pulso al límite para dejar a EH Bildu fuera de la mesa

Los parlamentarios toman hoy posesión de sus escaños. Lo primero que harán es decidir la Mesa y nadie sabe aún quién presidirá la Cámara. Tres partidos se disputan ese asiento. La jugada del PSN en los ayuntamientos sembró desconfianzas y su cerrazón ayer a la entrada de EH Bildu puso las negociaciones del Gobierno contra las cuerdas.

Las negociaciones a cuatro que inició María Chivite después de las elecciones llegaron ayer a un punto muerto. Al cierre de esta edición, seguía todo en el aire por la terquedad del PSN, que quiere dejar a EH Bildu fuera de la Mesa del Parlamento, condición en la que Geroa Bai ha trazado una línea roja. La Cámara navarra se constituye hoy y la primera votación es la elección del presidente. Y no hay acuerdo para investir a nadie.

Geroa Bai quiere que el puesto lo ocupe Unai Uhalde. Propone, además, que la Vicepresidencia se la quede el PSN y el secretario segundo se lo lleve para EH Bildu. La decisión de Geroa Bai de presentar a Uhalde es firme. El PSN puede presentar candidato o renunciar al cargo. Y UPN, salvo que medie un acuerdo con el PSN, va a presentar a su propio aspirante. En caso de que no haya una mayoría absoluta, todo se decidirá en una segunda vuelta.

Con los votos del cuatripartito (o aunque falle Podemos o I-E), Geroa Bai tiene asegurado llegar a esa segunda vuelta y, en ese momento, el PSN tendrá que decantarse. O Uhalde presidente, o el puesto se lo lleva el candidato de Navarra Suma. Eso sí, Geroa Bai exige que no se deje fuera a EH Bildu. Pero ni por esas. El PSN no accede a este planteamiento. Ayer se sucedieron más de cuatro horas de reuniones para no llegar a buen puerto.

Chivite se juega mucho. Con 11 escaños, puede quedarse fuera de la Mesa. Ese es el órdago que ayer tenían encima los negociadores de Chivite. Una vez se resuelva quién es el presidente, tienen lugar otras dos votaciones. En cada una de ellas se eligen dos nombres (el primero y el segundo más votado). Con 20 votos de Navarra Suma, tienen dos puestos seguros. Y el cambio, con 19 votos, se quedaría con los otros dos puestos (vicepresidente segundo y secretario segundo). O el PSN consigue algún acuerdo, o está fuera.

También se le puso encima de la mesa la posibilidad de que no haya acuerdo formal y, aun así, que el PSN tenga un puesto en la mesa. El bloque del cambio estaba dispuesto, aun sin mediar un pacto, a ceder la Vicepresidencia primera, si el PSN se aviene a apostar por Geroa Bai en la primera votación y se desmarca de Navarra Suma. Esta opción tampoco les parecía viable a los negociadores del PSN que andaban a última hora de ayer colgados al teléfono dentro de una sala del Parlamento que tuvo que estirar su horario de cierre habitual, para desconsuelo de los trabajadores.

Se buscaron también soluciones alternativas. María de Simón abandonó la reunión en busca de un ejemplar del Reglamento. Miraron la posibilidad de incluir, a futuro, a EH Bildu en la Mesa pero sin voto. Hasta ese punto miraron y remiraron el acuerdo.

Resonancias a otro agostazo

Conforme las horas pasaban ayer, la desconfianza aumentaba entre los representantes del partido. Venía a le mente lo sucedido en el agostazo de 2007, cuando, momentos antes de la votación, el líder del PSN, Fernando Puras, anunciaba en una entrevista en un medio madrileño que presentaban una candidata a presidir el Parlamento, Helena Torres. Los parlamentarios de Nafarroa Bai se enteraron por la tele de que el acuerdo cerrado para que Koldo Amezketa presidiera la Cámara era ya papel mojado.

UPN saludó el paso adelante del PSN con Torres retirando a su propio candidato. Ese fue el volantazo que, al poco, se convirtió en el apoyo de Puras a un Gobierno encabezado por Miguel Sanz.

El nivel de desconfianza se ha disparado después de lo sucedido el sábado en los ayuntamientos. En particular, en los consistorios de Eguesibar y Zizur, donde el PSN había garantizado su apoyo a Geroa Bai (y al PNV en Madrid) para que pudiera gobernar. De hecho, en el «agostazo» de 2007, las señales eran mejores y en media decena de ayuntamientos se habían alcanzado pactos que reflejaban el acuerdo PSN-Nafarroa Bai-IU.

Fuentes de Geroa Bai apuntaban que, para ellos, es capital que en las votaciones de mañana se vea una mayoría absoluta, esa con la que echará a rodar . No todo puede resolverse con 23 escaños (suma de PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E). Quieren ver los 26 o más necesarios para gobernar. Y eso solo puede ocurrir con la intervención de los siete EH Bildu o porque se produce un entendimiento entre PSN y Navarra Suma como en anteriores ocasiones.

Los semblantes de anoche en el Parlamento revestían una enorme gravedad. Si finalmente, el PSN se queda fuera de la Mesa, las posibilidades de seguir adelante con las negociaciones son muy pocas. La puerta por la que Chivite quiere acceder al Gobierno de Nafarroa se cerraba por momentos. Y todo, por una aparente pequeñez, pues EH Bildu siempre ha tenido un puesto en la Mesa desde que fue legalizado. La idea principal era que, si el PSN no tiene margen ni para eso, no es creíble que Chivite tenga aspiraciones reales de presidir Nafarroa.