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Babis resiste por ahora a la presión ciudadana que pide su renuncia

El primer ministro checo, el multimillonario Andrej Babis, sospechoso de fraude, resiste por el momento a la mayor ola de protestas ciudadanas en tres décadas que exige su dimisión. Varios analistas coinciden en que sobrevivirá, aunque no saben por cuánto tiempo. Mañana se enfrenta a una moción de censura, que parece condenada al fracaso.

La mayor ola de protestas ciudadanas en la República Checa desde la caída del Gobierno comunista checoslovaco hace tres décadas no ha logrado su objetivo, la dimisión del primer ministro, Andrej Babis, acusado de fraude por desvío de fondos de la Unión Europea (UE), y de su nueva ministra de Justicia, Marie Benesova, de quien sus adversarios sospechan que quiere bloquear la investigación contra el magnate. Pero «sí está cambiando el dinamismo social del país», según analistas.

Un día después de que Praga fuera escenario de la manifestación más multitudinaria desde 1989, convocada por la ONG Un Millón de Momentos para la Democracia y en la que participaron 250.000 personas, Jiri Pehe, uno de los politólogos checos más reputados, afirmó que «es un movimiento de gente joven, el despertar de la generación de ‘milenials’ que no quieren ser gobernados por políticos poscomunistas corruptos que están robándoles su futuro».

«No estamos haciendo una revolución, queremos retomar el legado y valores de 1989», dijo el domingo el vicepresidente de la ONG, Benjamin Roll.

Pehe estimó que las protestas «no van a hacer caer al Gobierno, pero sí que están cambiando el dinamismo social en el país».

«Babis sobrevivirá, queda por ver cuánto tiempo», señaló

Así, la presión ciudadana quizá termine por pasar factura, algún día, al primer ministro, un exmiembro del Partido Comunista acusado de conflicto de intereses y fraude.

«Muchos no quieren que un comunista de carrera y colaborador secreto de la Policía política sea primer ministro», resumió Pehe.

Babis, empresario agroindustrial de 64 y la segunda mayor fortuna del país, gobierna en minoría al frente de una coalición formada por su populista Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO) y el socialdemócrata CSSD, con el apoyo del comunista KSCM, aunque muchos se preguntan hasta cuándo los socialdemócratas seguirán apoyando al primer ministro ante la tenacidad de las protestas.

Fraude y conflicto de intereses

El jefe del Gobierno, fundador del gigante agroalimentario Agrofert y propietario de importantes medios de comunicación, se ha beneficiado, según el experto, de una generación poscomunista, hoy ya mayor y jubilada, dispuesta a cerrar los ojos a ciertos problemas a cambio de un relativo bienestar económico gracias a beneficios como el aumento de las pensiones, el abaratamiento del transporte público y el uso gratuito de instalaciones públicas.

Además de la acusación de fraude por malversación de dos millones de euros de fondos de la UE a través de su sistema judicial, se enfrenta también a un conflicto de intereses entre sus actividades políticas y empresariales, de acuerdo con borradores de dos auditorías de la Comisión Europea, que le obligan a pagar 17,4 millones de euros de subsidios percibidos indebidamente. Según los extractos publicados por la prensa local, seguiría beneficiándose de Agrofert –de la que se desvinculó formalmente en 2017– a través de fondos fiduciarios controlados por su esposa. Babis lo niega y califica las auditorías de «ataque» a su país.

De momento, este sigue siendo el líder político más popular del país, como quedó plasmado en el éxito electoral de su partido en los comicios europeos de mayo –y con un 30% de apoyo estable entre los checos, según las encuestas de opinión–.

Mañana se enfrenta a una moción de censura, pero con pocas posibilidades de prosperar, ya que la coalición cuenta con el apoyo el ultraderechista SDP y el KSCM.