Raimundo Fitero
DE REOJO

Reventón

Cada vez que ofrecen imágenes de un reventón de una tubería de agua en una calle de cualquier lugar del mundo se instala la sensación de riesgo desconocido en el subsuelo de nuestras villas y ciudades. Cuando un partido repleto de oportunistas y arribistas empieza a reventarse, la fuga puede ser de horas, días, semanas o años. Algunos aseguran que hay un reventón en la cueva del cacique Rivera. Su semejanza con Rosa Díez empieza a ser algo más que una superposición de caretas; es una inundación en toda regla de los desagües atascados de incompetencia y necesidades histriónicas de protagonismo. 

Toni Cantó es el prototipo de político sin atisbos de vergüenza. Su impostura es parangonable a su ignorancia. Ahora se mete con TVE, que fue el lugar donde llegó desde Valencia para hacerse un hueco en las agendas de los representantes de figurantes con buen tipo para sueños eróticos multifuncionales. Se mete con la tele pública española porque está convencido de que eso queda bien, que eso es lo que debe hacer un liberal de extrema derecha, porque hay que acabar con todos lo público, menos su sueldo, que debe ser vitalicio. Cantó es de los que nunca dimitiría por sus principios, pero sí por sus ambiciones.

Algunos de los que apuntalaban con cierta solvencia a Ciudadanos están abandonando. Aducen que es debido a su giro a la extrema derecha, cosa que no ha sucedido porque al menos el líder imberbe siempre ha estado en la derecha más radioactiva. Esperemos mientras escuchamos a sus socios escupir las barbaridades machistas más horrendas por la sentencia del Tribunal Supremo. Han traspasado toda suerte de contenciones y pantanos ideológicos, pero ni Casado ni Rivera tienen nada que decir a las descalificaciones e insultos de los de Vox. Por algo será.