EDITORIALA
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Los gobiernos de izquierda dejan avances profundos

Tras la elección de alcaldesas y alcaldes, las primeras decisiones de un consistorio suelen estar relacionadas con la remuneración de los representantes. Las retribuciones incluyen, en primer lugar, los sueldos de regidores y liberados, pero también tienen un importante peso tanto las dietas por asistencia como el número de comisiones municipales que se crean. En conjunto, suele dar una pista sobre lo que ha primado en los acuerdos políticos alcanzados para formar gobierno: si ha sido más importante el reparto de puestos o las políticas públicas a implementar.

Repasando los acuerdos se observa que, en ayuntamientos en los que las fuerzas de izquierda han alcanzado acuerdos, han optado por la bajada de los sueldos de alcaldes y liberados. Al mismo tiempo han reducido el número de comisiones agrupándolas en grandes áreas para mejorar el funcionamiento interno, lo que supone un ahorro tanto en dietas como en tiempo. Ahí están, por ejemplo, Durango o Galdakao. Decisiones que traslucen una voluntad de racionalizar recursos, pero también de agilizar la vida municipal y el contacto con la ciudadanía.

En el otro extremo están los consistorios gobernados por fuerzas de la derecha. Hasta ahora se han limitado a subir sueldos y dietas, y ha mantener el número de comisiones. Destaca, por ejemplo, la subida sin complejos propuestas por el PNV en localidades como Bilbo, donde Juan Mari Aburto tendrá el segundo sueldo más alto de todos los alcaldes del Estado. En Alonsotegi, donde su mala gestión mantiene al ayuntamiento al borde del colapso, el alcalde se ha subido el sueldo un 7,6%. Con más tiento anda NA+ en Iruñea, donde la subida de un 4% propuesta por Enrique Maya queda lejos del recorte del 17% logrado hace cuatro años. También lo tuvo cuando dijo que permitiría ikurriñas en el txupinazo de sanfermines. Allí donde la izquierda consigue gobernar suele dejar un poso que es difícil de borrar. Y a la derecha le costará revertir los avances.