EDITORIALA
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Ataque al euskara del jacobinismo francés

Del mismo modo que el año pasado los funcionarios franceses se llevaron los exámenes conocidos como «brebeta» a Pau, esta vez se los han llevado a Burdeos. Y todo porque algo más de un centenar de alumnos completan una de las pruebas en euskara, negándose a obedecer la orden del Ministerio de hacerlo en francés. En represalia, Educación no permite que los corrijan –ni que ayuden a corregirlos– profesores que sepan euskara, tarea que encomienda, como no podía ser de otra manera, a maestros que no lo conocen. Todo muy lógico. Mucho más considerando que se trata de un examen que hacen alumnos de 15 años antes de continuar sus estudios en el Liceo; porque a diferencia del «baxoa», el equivalente a la selectividad española, en el caso de «brebeta» no es necesario que aprueben para poder continuar los estudios en el Liceo.

Un conflicto totalmente gratuito, buscado por el ministro de Educación Nacional, Jean Michel Blanquer, que en 2017 añadió a las pruebas de Historia y Matemáticas la de Ciencias, que obligatoriamente debía hacerse en francés. De este modo rompía con una dinámica que arrancó en los años 90 de permitir al alumnado elegir en qué lengua hacía el examen. Con su decisión, asimismo, el ministro hace caso omiso del Código de Educación que sí permite que se hagan exámenes en euskara. De nada han servido hasta ahora las movilizaciones y las protestas de toda la comunidad educativa de Ipar Euskal Herria. Blanquer sigue empeñado en mantener esta delirante situación.

Obligar a unos alumnos a pasar el examen de una asignatura en una lengua diferente a la utilizada en clase solamente tiene un fin: desvalorizar al euskara como lengua plena y completa, y provocar inquietud y desasosiego en los alumnos que la utilizan en sus estudios. El jacobinismo francés, en su afán por frenar el desarrollo del euskara, ha añadido al desamparo en que mantiene a la enseñanza en esta lengua un ataque a su utilidad y validez.