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Irán lanza un pulso a Europa y reduce su compromiso nuclear

El Gobierno iraní va a comenzar a enriquecer uranio por encima del 3,6%, el límite fijado en el acuerdo nuclear de 2015, en lo que supone el principio de una retirada paulatina de sus compromisos del pacto, del que se desvinculará progresivamente cada 60 días si Europa no toma «nuevas iniciativas» para garantizar su presencia en los mercados internacionales.

Irán anunció ayer que «en unas horas» comenzaría a enriquecer uranio a un nivel prohibido por el acuerdo sobre su programa nuclear firmado en 2015, una acción criticada por EEUU, Europa, China y Rusia pero que, según Teherán, solo busca salvar el pacto. Cumplió así el ultimátum dado a los firmantes europeos para que ejecutasen sus compromisos, poniendo en marcha el mecanismo que busca sortear las sanciones de EEUU para mantener relaciones comerciales con Irán. No obstante, Teherán ha dejado la puerta abierta a una salida diplomática.

El enriquecimiento por encima del 3,67% –de momento al 5%– estará dedicado a suministrar combustible a la planta nuclear de Bushehr y dista mucho del 90% exigido para fabricar armas nucleares.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica se reunirá el miércoles para analizar las excepciones del pacto firmado en julio de 2015, anunciadas el miércoles por el presidente iraní, Hassan Rohani.

Las medidas, confirmadas ayer por Teherán, responden a la segunda fase de reducción de sus compromisos adquiridos con la firma del acuerdo al sentirse muy perjudicada por el reestablecimiento de las sanciones estadounidenses, incluidas las que pesan sobre el sector petrolero, tras la retirada de EEUU del pacto en mayo de 2018.

En la primera fase, Irán sólo ampliaría el peso de las existencias del material de que dispone, mientras en esta advirtió de que aumentaría los niveles de enriquecimiento del uranio, tal y como parece que hará.

El Gobierno iraní aseguró que durante un año ha sido muy paciente y ha dado tiempo a los europeos para que ejecuten sus compromisos, activando el mecanismo llamado «Apoyo al intercambio comercial», que busca sortear las sanciones de EEUU para mantener relaciones comerciales con Irán. Teherán cree que ese mecanismo es positivo, pero insuficiente.

Por eso, en mayo, Rohani dio un ultimátum de 60 días al resto de países firmantes (Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania), al advertirles de que Irán comenzaría a incumplir el pacto si no le garantizan las exportaciones de petróleo y las transacciones bancarias.

Otra medida que iba a implementar Irán en esta segunda fase afectaba al reactor de agua pesada de Arak, que con el acuerdo nuclear y debido a su capacidad de producción de plutonio, material que puede ser usado para la bomba nuclear, se llenó de cemento y se planteó rediseñarlo. Araqchi señaló que su «modernización» se ha pospuesto a la espera de avances.

Abbas Araqchi, viceministro de Exteriores y negociador principal, aseguró que Irán quiere mantener el acuerdo, pero mientras no se acepten algunas de sus peticiones seguirá dando pasos cada 60 días en la reducción de los compromisos, un proceso que puede acabar con su salida del mismo.

Sobre la tercera fase de esta posible desvinculación, el 7 de setiembre, explicó que «preferimos anunciarlo dentro de dos meses, al cabo de este plazo, pero Irán ya tiene planeado y programado todos los pasos que va a dar». Dijo esperar encontrar una solución antes.

Asimismo, se declaró dispuesto a volver a dialogar con EEUU, siempre que «levante todas las sanciones». Además, confirmó que su Gobierno mantendrá conversaciones unilaterales con los otros firmantes del acuerdo.

 

Preocupación entre los firmantes del tratado

La decisión de Irán fue recibida con preocupación. Para el presidente francés, Emmanuel Macron, se trata de una «violación» de los términos del acuerdo y emplazó a Hassan Rohani a mantener conversar antes del 15 de julio fecha límite que ambos se han dado para sentar las bases para un nuevo diálogo.

Tanto Londres como Berlín instaron a Teherán a parar de inmediato sus acciones contrarias al tratado y a dar marcha atrás, mientras la UE lamentaba la decisión, expresaba su preocupación y pedía a Irán que no tome medidas adicionales que afecten negativamente al pacto.

Rusia dijo entender las razones que han empujado a Teherán a tomar esta decisión. aunque le urgió a evitar dar otros pasos que compliquen la situación y recordó que aún hay margen para la diplomacia.

El más agresivo fue el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien pidió una respuesta inmediata a la UE con la aplicación de sanciones. GARA