EDITORIALA

La pobreza delata la creciente desigualdad

Los datos de la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales correspondiente a 2018 apuntan a que tanto la pobreza real como la ausencia de bienestar continúan creciendo en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y casi doblan los guarismos de hace una década, los de antes de que estallase la burbuja inmobiliaria. La encuesta dibuja un panorama muy preocupante que no concuerda con el optimismo de los mensajes que se lanzan desde las organizaciones empresariales y se repiten desde el Gobierno de Lakua: el crecimiento de la economía y el empleo no puede corresponderse con un aumento paralelo de la pobreza, a no ser que los frutos de ese crecimiento no se estén distribuyendo de una manera más o menos justa en la sociedad. No se puede aspirar a una mayor cohesión social cuando se permite a un grupo de privilegiados acumular todos los dividendos del crecimiento económico.

Por otra parte, el aumento de la pobreza y el crecimiento –a un ritmo todavía mayor– de la ausencia de bienestar refuerzan el diagnóstico que se hace desde sindicatos, organizaciones sociales y partidos de izquierda: se está creando un empleo que es cada vez más precario y está cada vez peor pagado. Los bajos salarios no alcanzan para llevar una vida digna a un número creciente de ciudadanos vascos. Por contra, la caída de la población con problemas de alimentación y la bajada del número de hogares en los que se ha sentido hambre indica que el sistema de protección social está funcionando razonablemente bien. A pesar de ello, el Gobierno de PNV y PSE, con el apoyo del PP, han decidido tramitar una modificación de la Renta de Garantía de Ingresos para asestar un nuevo tijeretazo a las prestaciones sociales. Una muestra clara de la sensibilidad social del Gabinete de Urkullu, que ni siquiera ha tenido la decencia de presentar los datos de esta encuesta.

Este gesto delata, por otra parte, la forma que tiene el Gobierno de Lakua de afronta los problemas de este país: esconderse cuando vienen m&bs;al dadas. Así difícilmente avanzaremos hacia una sociedad más justa y cohesionada.