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Turquía ignora las advertencias de EEUU y empieza a recibir los S-400 rusos

Turquía comenzó ayer a recibir los primeros equipos del sistema ruso de defensa con misiles S-400, ignorando las advertencias de Estados Unidos, que amenazó con sanciones y con excluir a Ankara de su programa del avión de última generación F-35. La OTAN, en la que ambos son aliados, mostró su preocupación.

El Gobierno de Rusia comenzó ayer a trasladar al aeropuerto militar de Murted, en Ankara, los equipos del sistema de defensa con misiles tierra-aire S-400. Turquía ignora así la amenaza de sanciones del Gobierno de Estados Unidos si seguía adelante con la compra e instalación de este sistema ruso de misiles tierra-aire. Washington había advertido de que le expulsará del programa F35, un caza de última generación fabricado por la estadounidense Lockheed Martin en el que Turquía participa como comprador y productor.«Turquía se expondría a consecuencias nefastas si aceptara los S-400», declaró el martes la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Morgan Ortagus.

Ankara rechazó al día siguiente la enésima advertencia estadounidense y apeló a Washington a que no tome medidas que puedan dañar las relaciones bilaterales. EEUU cree que existe un riesgo de que los operadores rusos que formen a los militares turcos en el manejo de los S-400 puedan al mismo tiempo hacerse con los secretos tecnológicos del nuevo avión furtivo F-35.

Washington ya dio a finales de junio un ultimátum formal a Ankara para que eligiera entre el sistema de defensa ruso y los aviones..

Erdogan afirmó entonces, tras reunirse con su homólogo, Donald Trump, que no temía exponer a su país a sanciones estadounidenses con la decisión de la compra a Rusia. Moscú ha desplegado los S-400 en la península de Crimea y en sus bases de Siria, y China fue el primer cliente en comprarlos en 2014. India ha adquirido cinco baterías por 5.200 millones de dólares y comenzará a recibirlos a finales de 2020.

Otra docena países, como Irak, Qatar o Arabia Saudí, se han interesado por el S-400, aunque también es una forma de presión sobre Washington para obtener armamento estadounidense a mejor precio.