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Theresa May alerta en su último discurso sobre la polarización en Gran Bretaña

La primera ministra británica, Theresa May, expresó ayer su preocupación por la creciente polarización de la sociedad británica en su último gran discurso como jefa del Gobierno, y pidió a la clase política una mayor «voluntad de compromiso» y «pragmatismo» para buscar un «terreno común» en el controvertido proceso de salida de la Unión Europea (UE).

«Tenemos razones para estar seriamente preocupados, tanto en casa como a nivel internacional, en la sustancia y en el tono. Estoy preocupada por el estado de la política», declaró May en una intervención en el Real Instituto de Asuntos Internacionales, donde insistió en la necesidad de «estar preparados para llegar a compromisos».

«Eso no implica renunciar a tus valores y convicciones», esgrimió May, quien advirtió de que el discurso político en Reino Unido ha descendido hacia el «rencor» y la «amargura tribal».

«Las palabras tienen consecuencias. Y las palabras malintencionadas, si no se cuestionan, son el primer paso hacia las malas acciones y hacia un lugar mucho más oscuro, en el que el odio y el prejuicio dirigen no solo lo que la gente dice, sino lo que hace», declaró.

Al hacer balance de sus tres años al frente del Gobierno británico, aseguró que su mayor remordimiento es no haber sido capaz de materializar el Brexit.

May entregará el próximo miércoles las llaves de la residencia oficial de Downing Street a Boris Johnson –el favorito–, o a Jeremy Hunt, los dos candidatos a sucederla como líder del Partido Conservador, que han endurecido en los últimos días sus posturas sobre el Brexit.

La formación torie anunciará el martes al ganador de las primarias y al día siguiente May asistirá a su última sesión de control en la Cámara de los Comunes antes de acudir al palacio de Buckingham a ofrecer su renuncia a la reina Isabel II.