Cecilia Garín Fernández y Susana García García
Plataforma de Interinos de Navarra (PIDNA / NAIP)
KOLABORAZIOA

Tristeza, rabia y decepción

Escribimos esta carta desde el enfado, la tristeza y la decepción resultantes de las oposiciones a maestros y maestras realizadas hace unos días.

Enfado, por la imagen que se ha transmitido a la sociedad de la mayoría del personal interino al otorgar esas notas vergonzosas a maestras y maestros que durante años nos hemos dejado la piel en nuestros trabajos, que hemos acudido al trabajo hasta el mismo día de esa oposición que a muchos de nosotras y nosotros nos dejarán en el paro en septiembre. Personal interino que aprobaron oposiciones anteriores y a los que les fue muy difícil acceder a la función pública, hecho que las nuevas generaciones han tenido tan accesible gracias a los idiomas.

Enfado por lo subjetivo y opaco que es el proceso. ¿Cómo puede ser que un aspirante consiga una nota altísima en la prueba teórica y una bajísima en el caso práctico o viceversa? En este caso el criterio ortográfico no puede ser el culpable. ¿Cómo puede ser que docentes que llevan años desempeñando su labor en centros con casuísticas similares a las descritas en el caso práctico no lleguen a una puntuación de 2,5 necesaria para mediar? Y aquí se incluyen personas muy formadas, algunas de ellas formadoras del departamento de Educación, felicitadas por equipos directivos, familias, compañeros y compañeras muy competentes, motivadas en su trabajo y que han estado durante meses (y años) preparando esta oposición. Maestras estas, desconcertadas ante su nota, ya que no sabemos el motivo de la misma, si una rúbrica demasiado concreta u otros determinantes que se nos escapan.

Tristeza, porque veo compañeras y compañeros a los que en septiembre les espera el desempleo, cuando llevan años demostrando su trabajo con eficacia y dedicación, algunos incluso habiendo recibido premios a la excelencia por su labor educativa tan solo 15 días antes de la oposición.

Tristeza porque un amplísimo colectivo de mujeres entre 35 y 50 años se van al paro a pesar de su amplia experiencia educativa, formación y reconocimiento social, con cargas económicas y familiares y con unas expectativas laborales muy negativas.

Y decepción, porque compañeros y compañeras de trabajo han puesto ceros a diestro y siniestro en la primera prueba y sin embargo, notas altísimas en la segunda. ¿Cambio de criterio por la presión social, quizás? Este hecho determina una lista preferente (aprobados sin plaza) tan larga que va a impedir que muchos profesionales que no han superado la primera parte puedan acceder a un puesto de trabajo el próximo curso, a pesar de haber estado en dicha lista preferente desde el año 2009.

Y desde luego, siempre queda espacio para la alegría. Alegría por aquellos y aquellas que han conseguido superar la oposición a pesar de la subjetividad y opacidad de la misma.

Desde PIDNA/NAIP pedimos que esta situación no se vuelva a repetir, que las rúbricas de corrección sean públicas, con temarios oficiales y con pruebas no eliminatorias.

Pedimos que cambie la Orden Foral que regula las listas de contratación de interinos para que maestros y maestras formados, con experiencia, dedicación y con oposiciones aprobadas no se queden sin trabajo por una nota injusta y no merecida.