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PRIMARIAS PRESIDENCIALES EN ARGENTINA

El binomio Fernández arrasa con el macrismo en las primarias

El resultado de las primarias del domingo no fue el esperado para el presidente de Argentina, Mauricio Macri. Alberto Fernández, quien lidera la fórmula considerada más peronista que comparte con Cristina Fernández, logró el 47% de los votos, por delante de Macri (32%) y coloca al peronismo a un paso de ganar las elecciones del 27 de octubre.

El peronista Alberto Fernández afirmó, tras conocerse que es el candidato a la Presidencia de Argentina más votado en las primarias, 15 puntos por delante del actual mandatario, Mauricio Macri, que hoy los argentinos empiezan «a construir otra historia». «No venimos acá a restaurar un régimen, venimos acá a crear una nueva Argentina que tome en cuenta las mejores experiencias que termine con este tiempo de mentiras y le dé a los argentinos un horizonte mejor para el futuro. En esa Argentina todos tienen lugar», dijo Fernández en un multitudinario acto en el búnker del Frente de Todos.

Mano derecha de Néstor Kirchner y posterior enemigo de su esposa, Cristina Fernández, una inesperada jugada llevó a Alberto Fernández a aceptar reconciliarse con ella, a la que lleva como candidata a la Vicepresidencia, y pujar por ser el próximo presidente con una promesa: sacar al país de la crisis, como ya se vanagloria haberlo hecho en 2003.

El abogado obtuvo el 47,65% de apoyos, mientras que el actual jefe de Estado, Mauricio Macri, con Miguel Ángel Pichetto como segundo y marcado por la crisis económica que desde hace un año sufre el país, logró el 32,08%. Esta victoria le sitúa como favorito de cara a los comicios del 27 de octubre.

El resultado supone una dura derrota para Macri, quien antes de que se conocieran los primeros datos reconoció que el oficialismo había tenido una «mala elección» en las primarias.

Esta elección es un gran sondeo, ya que ningún espacio político llevó más de una lista de candidatos a presidente y vicepresidente y solo las fórmulas que no superen el 1,5% de votos quedarán fuera de las generales de octubre.

«Estábamos seguros de que Argentina necesitaba terminar con este tiempo y continuar otra historia. Hoy los argentinos empezamos a construir otra historia», señaló Fernández a sus seguidores, que le recibieron al grito de «¡se siente, se siente, Alberto presidente!».

El triunfador valoró que «finalmente Argentina escuchó el mensaje» que decía que a su formación le importa la educación publica, cuidar a las pymes, rechazar la reforma laboral que planea Macri y que los «abuelos tienen derecho a tener salud y un ingreso como corresponde».

«Y que vamos a pagarlo antes de seguir regalándole a los bancos intereses que no deben ir allí, sino que deben ir al progreso de nuestros jubilados», dijo.

Fernández remarcó que «a partir de hoy se terminó el concepto de venganza y de grieta», un concepto que en Argentina se usa para remarcar la extrema polarización entre los seguidores del kirchnerismo y los del macrismo. «Los que están intranquilos, que no se intranquilicen. Nunca fuimos locos gobernando, siempre arreglamos los problemas que otros generaron. Una vez más vamos a arreglar los problemas que otros generaron», señaló.

En el acto también hablaron el candidato del Frente de Todos a la Gobernación de la provincia de Buenos Aires –la más poblada, que representa el 37% del electorado–, Axel Kicillof, que superó en las primarias por casi 17 puntos a la candidata oficialista y actual gobernadora María Eugenia Vidal, que busca su reelección en octubre. «La mayoría de los bonaerenses quieren una provincia distinta, con otras prioridades», señaló el que fuera ministro de Economía con Cristina Fernández.

El peronismo, a un paso

La derrota de Macri en las primarias coloca al peronismo a un paso de ganar las elecciones del próximo 27 de octubre. Fernández lidera la fórmula más peronista; Macri lleva a un peronista como compañero de fórmula y la tercera opción, formada por los también peronistas Roberto Lavagna y Juan Urtubey (8%), aspiraba a atraer desde el centro a quienes están hartos del presidente y de la exmandataria.

La omnipresencia del peronismo en las candidaturas se debe en parte a la impopularidad de las dos figuras que han protagonizado y polarizado la política argentina en la última década: el liberal Macri y la expresidenta Fernández, una peronista de centroizquierda.

Aunque los últimos sondeos divulgados coincidían en situar en primer lugar a Fernández, ninguno daba una diferencia tan abultada como la que logró.

Para acceder en primera vuelta a la Jefatura de Estado es necesario obtener el 45% de los votos en las generales o más del 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el mas inmediato rival, por lo que si se repiten estos resultados en octubre, Fernández podría ganar sin necesidad de una segunda vuelta.

Visiblemente afectado, Mauricio Macri afirmó: «Me duele en el alma que haya habido tantos argentinos que crean que hay una alternativa volviendo al pasado. Yo creo que no la hay. A partir de mañana tenemos que trabajar para revertir la situación». Y añadió que «en octubre se van a definir los próximos 30 años de Argentina».

En esta campaña, el eje de Macri ha sido presentarse como el futuro contra el pasado kirchnerista, mientras que Fernández se ha centrado en destacar en sus discursos electorales el aumento de la pobreza en el país durante el último año y medio.

Macri va en busca de la reelección con una economía en recesión, una tasa de desempleo de 10,1%, un nivel que no se registraba desde 2006, una inflación que alcanzó 22,4% en el primer semestre y que, según analistas, puede llegar a 40% al final del año y con una pobreza que afecta a más del 32% de la población, 4,7 puntos por encima de la registrada en el primer semestre del año pasado.

El hecho de que el porcentaje de voto obtenido por Fernández sea superior al 45% y que la brecha sea de 15 puntos, complica las aspiraciones de Macri para lograr su reelección, ya que a día de hoy ni con la suma de los sufragios que han obtenido el resto de candidatos presidenciales podría igual el voto de su rival.

Si la diferencia hubiera sido de 5 puntos, podría darse un voto útil y estratégico a favor de Macri para evitar una victoria del peronismo, según analistas. No obstante, Macri señaló ayer que piensa revertir en octubre la derrota sufrida el domingo.