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Los Tigres del Norte siguen los pasos de Johnny Cash hasta la prisión de Folsom

Los «Jefes de Jefes» actuaron en abril de 2018 en la prisión de Folsom (California, EEUU), donde 50 años atrás Johnny Cash grabó «el concierto carcelario más famoso de la historia». Este homenaje especial cobrará forma de álbum en vivo, del que ya se conoce el primer sencillo, y de documental, que verá la luz en setiembre.

La banda mexicana Los Tigres del Norte publicará un álbum en vivo y un documental grabados en abril de 2018 en la prisión californiana de Folsom, la misma que medio siglo atrás, en 1968, acogió el icónico concierto de Johnny Cash, leyenda de la música country.

 «Para nosotros significa un compromiso, una responsabilidad, con la comunidad latina que está ahí en la prisión de Folsom, tal vez olvidada por su familiares y por mucha de nuestra gente, que no se da cuenta que muchos de nuestros paisanos están ahí reclusos», explicó el percusionista Luis Hernández en un vídeo grabado para la agencia Efe.

Y es que, cuando Cash (1932-2003) grabó el concierto, la población de Folsom estaba compuesta principalmente por blancos y negros, pero, sin embargo, actualmente, el 47% de los reclusos son latinos. La primera vez que Los Tigres del Norte cantaron en Estados Unidos lo hicieron también en 1968, en la prisión estatal de Soledad, a unos 700 kilómetros al norte de Los Ángeles. Y para conmemorar el 50 aniversario del que fue su primer concierto fuera de México escogieron la cárcel de Folsom, a las afueras de la capital de California, Sacramento, porque sabían de la importancia del concierto de Cash, un artista al que admiran.

«Trabajamos con esa gente y sentimos mucho amor de su parte», indicó Jorge Hernández, el famoso acordeonista y cantante de la también conocida como «la madre de todas las bandas». «Recibimos ese amor, pero también nos dolió», reconoció el artista, quien describió la experiencia como inolvidable.

Durante su visita a Folsom, en abril de 2018, la banda debió cumplir con varios requisitos. Entre ellos estuvo el no tocar ningún narcocorrido y dedicar varias horas a cumplir con múltiples medidas de seguridad.

Usaron como camerino la capilla de Greystone, que le dio el nombre a una de las canciones más famosas de Cash, escrita por uno de los presos de Folsom, pero a diferencia del artista estadounidense, Los Tigres del Norte fueron más allá de la cafetería, donde fue el concierto de 1968.

En el patio

Los mexicanos cantaron para la población carcelaria de hombres y mujeres, por separado, durante más de dos horas en el patio de la cárcel, comenzando con la versión en castellano del famoso “Folsom Prison Blues” de Cash, que también es el primer sencillo del disco “Live At Folsom Prison”, que saldrá en unas semanas.

Además, en el documental, que verá la luz el próximo mes de setiembre en Netflix, se les puede ver a los músicos interactuando con algunos de los presos.

La idea de hacer un concierto como el de Johnny Cash, del que la banda de música norteña se considera admiradora, llevaba un año dando vueltas entre Los Tigres del Norte y su discográfica, Universal Music.

Nació en el marco de los esfuerzos de la banda por apoyar a la comunidad latina de Estados Unidos. Según las estadísticas de la Oficina Federal de Prisiones, un 37% de los presos son latinos, una cantidad muy superior al 20% aproximadamente que representa la comunidad en la población en general.

El proyecto se cristalizó cuando Ana Cristina Cash, la nuera de Johnny Cash, y John Carter Cash, hijo del artista, se interesaron en colaborar con los Tigres del Norte para hacer una versión en castellano de la canción “Folsom Prison Blues”.

«Estamos los dos muy emocionados porque la traducción llegará a nuevos oyentes y fusionará los dos mundos de la música country y la música latina, preservando la integridad y el mensaje de la canción original. Para nosotros y para Johnny Cash la música no tiene barreras», escribió la pareja en un comunicado recogido por Efe.

La canción tiene además arreglos de la melodía a ritmo de banda, al mejor estilo norteño.

Paralelamente, se negoció con las autoridades carcelarias en Folsom, que a lo largo de los años habían negado peticiones de diferentes artistas para tocar y filmar allí.