GARA
BARCELONA

Solemnidad oficial pero choque de fondo sobre el CNI en el aniversario del 17-A

Un acto institucional, al que acudieron familiares, cargos políticos y policiales, recordó ayer el segundo aniversario de los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils. Por expreso deseo de las víctimas no hubo discursos, pero en las declaraciones previas sí sigue la discusión sobre la relación entre el cerebro de la matanza y el CNI. Desde prisión, el entonces consejero de Interior de la Generalitat, Joaquim Forn, ha criticado «el oscurantismo» del Gobierno español.

Un acto institucional recordó ayer el segundo aniversario de los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils. Por expreso deseo de las víctimas no hubo discursos, pero en las declaraciones previas sí sigue la discusión sobre la relación entre el cerebro de la matanza y el CNI.

En los atentados de Barcelona y Cambrils, el 17 y 18 de agosto de 2017, fallecieron 16 viandantes, además de ocho atacantes, bien en la explosión previa de la casa en la que preparaban los artefactos o abatidos por los Mossos.

Al acto institucional para conmemorar este segundo aniversario asistieron, entre otros, familiares de las víctimas, el president de la Generalitat, Quim Torra; el ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, además de mandos de los Mossos d'Esquadra, la Policía española, la Guardia Civil y la Guardia Urbana de Barcelona.

En un acto breve, sobrio y emotivo, las autoridades y familiares de los fallecidos y heridos –algunas de ellas muy emocionadas y con camisetas con lemas como «exigimos la verdad» y «tenemos derecho a la verdad»– depositaron claveles blancos frente al monumento a las víctimas junto al mosaico de Miró de las Ramblas, donde se detuvo la furgoneta con la que Youness Abouyaaqoub cometió el atentado la tarde del 17 de agosto de 2017.

La apelación a la verdad remite a las dudas existentes sobre la relación entre el imán de Ripoll y cerebro de los atentados, Abdelbaki Es Satty, y el CNI, el servicio del espionaje español. Tras la reciente información de “Público” de que el imán fue confidente suyo hasta el mismo momento de la matanza, el Gobierno español ha dado la callada por respuesta. El entonces consejero de Interior de la Generalitat Joaquim Forn, ahora en prisión preventiva por el «procés», ha criticado desde la cárcel que «el Gobierno español ha optado por el oscurantismo», en una entrevista a ‘‘Ara’’.

Los datos sobre la relación entre el imán y el CNI «son importantes, no se pueden quedar en el cajón, están bien fundamentados y requieren una respuesta urgente de los servicios de inteligencias españoles», ha declarado Forn.

Otro tanto ha hecho el president Torra estas últimas semanas, si bien ayer en ‘‘La Vanguardia’’ el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, prefirió destacar que la relación aquellos días entre cuerpos españoles y el catalán «fue de absoluta franqueza y confianza, con un intercambio continuo de la información». Dijo que la Policía catalana «no tiene indicio alguno» de que el CNI pudiera haber conocido las intenciones del imán de Ripoll con anterioridad.

PP y Vox tratan de sacar tajada

Entre tanto, el PP –que entonces gobernaba en el Estado– no solo calla sobre este tema, sino que además intenta sacar tajada planteando que las fuerzas catalanas en el Congreso (ERC y Junts per Catalunya) queden fuera de la Comisión de Secretos Oficiales para no poder acceder así a información clasificada.

Para su portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo, «que usen una vez más ese atentado y sus muertos para lanzárselos a la cara al CNI, al Estado, es una nueva muestra de su catadura moral».

También Vox trata de pescar en río revuelto. Su diputado por Barcelona, Ignacio Garriga, ha reclamado «el cierre de todas las mezquitas fundamentalistas y la expulsión de los imanes radicales» porque «sigue habiendo muchas en Barcelona». Y sostiene que «el incremento descontrolado de la inmigración ilegal es un signo más de alerta».