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Marcha contra el racismo a una semana de unos comicios cruciales en la antigua RDA

35.000 manifestantes, según los convocantes, desfilaron contra el racismo en Dresde, capital de Sajonia, bastión de la extrema derecha xenófoba alemana en la extinta RDA que celebra dentro de siete días, junto con el land de Brandenburgo, unas elecciones cruciales.

Bajo un gran sol estival y en un ambiente festivo, y bajo el lema «Solidaridad en lugar de rechazo: por una sociedad abierta y libre», personas de distintos sectores sociales, activistas de ONG, artistas, sindicalistas y responsables políticos unidos en la alianza #Unteilbar (Indivisible, en alemán) desfilaron a primera hora de la tarde por el centro de la ciudad barroca de Dresde, foco turístico del este alemán.

Los organizadores, que esperaban 10.000 manifestantes, aseguraron que sus previsiones fueron desbordadas. La Policía no dio datos de participación.

Lejos, en cualquier caso, de las más de 250.000 personas que asistieron a la manifestación antirracista convocada por la misma plataforma hace un año en Berlín.

En primer línea de una marcha en la que se leían pancartas con lemas como «El racismo no es una alternativa» o «No hay sitio para los nazis», Janna Rakowski, profesora de 27 años llegada de la capital alemana, señalaba que «quiero mostrar a los habitantes de Dresde que no están solos en la lucha contra el racismo, sobre todo en esta situación antes de las elecciones de Sajonia».

«Queremos hacer lo que sea contra el clima político actual y apoyar a la gente que, día a día, se opone al odio y a la violencia», coincidió la portavoz de la organización, Sussan Riske.

El contexto es tenso y los sondeos prevén un gran resultado electoral el próximo domingo para el partido xenófobo AfD tanto en Sajonia como en Brandenburgo. En el primer land podría alcanzar el 24% de los votos, doblando su porcentaje y quedando por poco por detrás de la CDU de Angela Merkel.

En Brandenburgo, la formación euroescéptica disputa la primera posición a los socialdemócratas del SPD, que gobiernan el land desde la reunificación (anexión) de 1990.

Las elecciones a finales de octubre en Turingia completan el cuadro y una victoria de la AfD en alguno de ellos o su entrada en un gobierno regional sería un verdadero terremoto.

Insatisfacción ciudadana

«La gente está muy insatisfecha (...) Los grandes partidos han saboteado sus esperanzas», explicaba Greta Schmidt, jubilada de 66 años y que llevaba una pancarta con el lema «Las mamás contra la (extrema) derecha».

La retórica de la AfD cala en la antigua RDA comunista, económicamente más pobre y con su juventud exiliada al oeste.