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DONOSTIA

El sarampión vuelve a recrudecerse en todo el mundo

Desde los años 1970, la vacuna contra el sarampión ha hecho retroceder a esta enfermedad hasta reducirla a una preocupación sanitaria menor en nuestro entorno. En lo que llevamos de año, en todo el mundo «solo» se han registrado 360.000 casos. Pero la OMS avisa de que esta es la cifra más elevada desde 2006 y, por ello, llama a no bajar los brazos. En los «países ricos», este aumento se debe en gran parte a una creciente desconfianza hacia las vacunas.

El sarampión es una enfermedad viral extremadamente contagiosa que, en nuestro entorno, afecta principalmente a personas con una vacunación deficiente o no vacunadas. Pero en los últimos días ha pasado a primer plano a cuenta de la advertencia lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Desde enero, en el mundo se han declarado más de 360.000 casos, la cifra «más elevada» desde 2006 y casi el triple que en el mismo periodo del año pasado, según datos de la propia agencia de Naciones Unidas.

La República Democrática del Congo, Madagascar y Ucrania son los países más afectados. Pero, además, el rebrote de la enfermedad llevó el jueves a la OMS a retirar el estatus de «países libres de sarampión» a varios estados, entre ellos, Gran Bretaña, Grecia, República Checa y Albania. Y entre aquellos en los que la enfermedad sigue siendo endémica están el Estado francés, Alemania e Italia.

Por el momento, ni Osakidetza ni Osasunbidea han emitido boletines especiales sobre el tema. Quien sí lo ha hecho, creando cierta confusión, ha sido el Ministerio español de Sanidad, que ayer indicó que tiene establecido en su calendario común de vacunación que todas las personas nacidas a partir de 1970 y que no se hayan vacunado o no hayan padecido el sarampión deben acudir a su centro de salud para ser vacunados.

El problema es que el viernes fuentes de Sanidad afirmaron erróneamente que se aconsejaba la vacuna a quienes han nacido antes de 1970.

No obstante, según los criterios de la OMS, el Estado español sigue teniendo el estatus de «país libre de sarampión».

¿Qué es el sarampión?

Antes de la llegada de las vacunas en los años 70, esta enfermedad, caracterizada por la erupción de manchas rojas en la piel, era una temida “asesina de niños” (entre siete y ocho millones de muertes anuales en el mundo). Provocada por un virus que se transmite fácilmente por contacto directo o a través del aire, es más contagiosa que la gripe o el ébola.

Tras la fase de incubación, la enfermedad se caracteriza en un principio por fiebre alta, tos, moqueo, lagrimeo, y en una segunda fase aparecen las manchas rojas. El periodo de contagio se extiende entre cuatro días antes y cuatro después de la erupción.

Generalmente benigno, el sarampión puede tener complicaciones graves de tipo respiratorio (infecciones pulmonares) y neurológico (encefalitis), en particular en el caso de pacientes frágiles. No existe un tratamiento antiviral específico y el cuidado de la persona afectada consiste en tratar de evitar las complicaciones asociadas.

Vacunación preventiva

Las autoridades sanitarias insisten en la importancia de la vacunación, a nivel individual y también colectivo: una cobertura elevada (95% de la población) protege incluso a las personas que no están vacunadas debido a un sistema inmunitario debilitado; por ejemplo, quienes sufren leucemia o están en tratamiento tras un trasplante.

A nivel mundial, «la principal razón» de la insuficiencia de vacunación en niños responde a las deficiencias de los sistemas de salud en los “países pobres”, lo que hace que «quienes tienen más necesidad no tengan acceso», subrayó la OMS.