Isidro Esnaola

BANCOS ESPAñOLES QUE AHORA SÍ QUIEREN LA «TASA GOOGLE»

La tasa a las tecnológicas aprobada recientemente por el Gobierno de Emmanuel Macron y el proyecto de «tasa Google» de Pedro Sánchez han sacado a la luz los diferentes intereses que defienden las multinacionales y la encarnizada lucha por esquivar la tributación.

Hace ahora un año, el recién formado Gobierno de Pedro Sánchez anunció su intención de crear la conocida como “tasa Google”, un impuesto a las empresas tecnológicas similar a la “tasa GAFA” aprobada recientemente por el Gobierno francés. Entonces la responsable financiera de Telefónica, Laura Abasolo, pedía las «mismas normas para todos», subrayando que «no todas las empresas están pagando por los ingresos que generan». También apuntaba que antes de aprobar nuevas figuras impositivas «se necesita un consenso más general». De parecida opinión era la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, que en la Conferencia Internacional de Banca celebrada en noviembre del año pasado, al preguntarle su opinión sobre una tasa específica para las tecnológicas, respondió: «No pido que se graven las actividades digitales; abogo por un sistema fiscal justo y equitativo, que exista reciprocidad; es decir, que a iguales servicios, se tengan las mismas reglas en todos los sentidos. Abogo por tener las mismas obligaciones independiente de quién seas».

En apenas un año, la banca ha cambiado de opinión y ha pasado a pedir que se establezca esa tasa cuanto antes, sin esperar a que la OCDE finalice sus trabajos sobre el tema. Así la semana pasada el presidente para España del Banco Santander, Rodrigo Echenique, denunciaba a las tecnológicas por la situación de desigualdad que vive la banca por la competencia que las empresas no bancarias están haciendo al sector. En presencia del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, el alto ejecutivo pidió una regulación que «permita jugar en igualdad de condiciones a todos».

Virtudes de la «tasa GAFA»

La tasa impulsada por Macron contiene al parecer algunas novedades que sí son del gusto de los bancos, especialmente después de que las grandes tecnológicas hayan entrado en el negocio de las finanzas. Varias son las virtudes que destacan. En primer lugar, la “tasa Google” del Gobierno de Sánchez pretendía gravar la intermediación online, la publicidad digital y la cesión de datos. Este último apartado no se gravará en el Estado francés y es algo que la banca aprecia. Da la impresión de que los bancos tienen un importante negocio de datos…

Tanto en el Estado francés como en el español, el impuesto se aplicará a aquellas empresas con un volumen de negocio superior a los 750 millones de euros en todo el mundo. Sin embargo, la facturación mínima en cada estado sí que varía: en el francés se deja exenta la facturación por debajo de 25 millones, mientras el borrador que presentó la ministra de Economía española, Nadia Calviño, rebaja esa cantidad hasta 3 millones.

La tercera diferencia importantes entre los dos modelos es que en el Estado francés se excluyen las operaciones entre empresas de un mismo grupo, mientras que Sánchez pretende excluir solamente a las operaciones entre empresas con una participación directa o indirecta del 100%; es decir, que todas las operaciones con empresas del grupo en las que haya otros socios tributarán.

Las patronales, a la gresca

Mientras que la banca parece que lo tiene claro, en el ámbito de las grandes empresas existen desacuerdos, hasta el punto de que existen ya tres patronales del sector. De un lado está Telefónica junto con Indra, Orange, Vodafone y Nokia entre otras, liderando la patronal DigitalEs que preside el exministro socialista Eduardo Serra. Cuando el Gobierno presentó el borrador el pasado febrero, rápidamente propuso rebajar la tasa del 3% al 2% y subir el límite exento de operaciones en el Estado de 3 a 50 millones. Y eso que este límite afecta a empresas con un volumen de negocio de más de 750 millones en todo el mundo. Además, esta patronal propone que el 10% de lo que se pague por la “tasa Google” se pueda deducir al pagar el Impuesto sobre Sociedades.

Otra de la patronales del sector es Ametic, presidida por Antonio Mier, consejero del grupo Premo. En ella se agrupan las principales multinacionales tecnológicas: Google, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft. DigitalEs, la patronal liderada por Telefónica, es de hecho una escisión de esta asociación ocurrida en 2016.

La tercera patronal implicada es Adigital, en la que participan las principales plataformas de servicios, multinacionales como Airbnb, Bizum, Blablacar, Uber, Cabify, Deliveroo o Glovo. Esta asociación está presidida por Carina Szpilka, Fundadora de K-Fund Venture Capital.

Estas dos últimas asociaciones rechazan la tasa digital. Defienden su postura señalando que en todo caso deberían pagar, no sobre ventas, sino sobre beneficios; algo que dicen que ya hacen allí dónde tienen sus respectivas sedes sociales. Por esa razón rechazan también que la tasa sea deducible en el Impuesto sobre Sociedades, pues no podrían deducírselo al tener su sede social fuera.

En el argumentario de estas asociaciones no faltan tampoco otros tópicos. Apuntan que la tasa está diseñada de tal forma que afecta casi exclusivamente a las empresas que no pertenecen a la UE y que eso puede frenar inversiones y perjudicar las relaciones diplomáticas, quizás apuntado a un enfado de Donald Trump.

En cualquier caso, la controversia muestra la disparidad de intereses en juego en un ámbito en el que todo era gratis hasta ahora.