Las autoridades italianas autorizaron al Ocean Viking, el barco de rescate de SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras, a desembarcar en Lampedusa a las 82 personas rescatadas el domingo y el lunes. Entre ellas se encontraban dos mujeres embarazadas. Una de ellas de nueve meses y su esposo fueron evacuados el miércoles a Malta, donde la mujer dio a luz. El ministro de Exteriores, Luigi di Maio, (M5S) explicó que la decisión se tomó porque «la UE se suma a nuestra petición de asumir a gran parte de los migrantes», si bien no aclaró qué países acogerán a los 82 rescatados. La noticia fue recibida a bordo con gritos de júbilo y aplausos.

El líder del PD en el Ejecutivo, Dario Franceschini, confirmó que «los migrantes serán acogidos en varios países europeos». «Fin a la propaganda de Salvini a costa de los desesperados en el mar. Regresa la política y las buenas relaciones internacionales para afrontar y resolver el problema de las migraciones», defendió. Di Maio sostuvo que también el Gobierno anterior con la Liga de Matteo Salvini tenía como objetivo que «quien llegaba a Italia fuera redistribuido a otros países europeos y que esos países se hicieran cargo».

En cambio, el líder ultraderechista estimó que «Italia vuelve a ser el campo de refugiados de Europa» y acusó a los nuevos ministros de «odiar a los italianos». Por su parte, el alcalde de Lampedusa, Salvatore Martello, criticó la decisión, asegurando que el barco se encontraba más cerca de Sicilia.