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La negociación para el acuerdo que busca Johnson sigue bloqueada

Boris Johnson y Jean-Claude Juncker no lograron ayer despejar el temido escenario de un Brexit sin acuerdo, firmes en sus posiciones a 45 días del divorcio. Ambos se urgieron mutuamente a actuar para desbloquear el actual estancamiento. Bruselas sigue esperando que Londres presente alternativas a la cláusula irlandesa, principal obstáculo.

El primer ministro británico, Boris Johnson, volvió ayer de Luxemburgo igual que había ido, con las manos vacías. La reunión que mantuvo con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, para intentar desbloquear el punto muerto en el que se encuentra la posibilidad de un acuerdo entre Bruselas y Londres para facilitar el Brexit finalizó sin avances. Cuando quedan 45 días para el divorcio, según la fecha prevista del 31 de octubre, ambas partes se mantienen firmes y urgen al otro a actuar para desbloquear la situación.

El premier británico, que insistió en que existe una «buena posibilidad» de alcanzar un acuerdo, volvió a dejar claro que no pedirá otro aplazamiento para materializar el divorcio, aunque la legislación aprobada en el Parlamento británico este mes le obliga a solicitar una prórroga si no hay acuerdo con Bruselas el 19 de octubre.

Sigue empeñado en eliminar la cláusula irlandesa para evitar una frontera física entre el norte y el sur de Irlanda, el principal punto caliente de las conversaciones, pero no presenta alternativas. «Hay tiempo de sobra para encontrar el consenso, y si no, nos iremos sin acuerdo el 31 de octubre», dijo Johnson, que parece no tener prisa.

Juncker, por su parte, insistió en que Johnson «no ha presentado todavía» una propuesta alternativa viable. «Es responsabilidad del Reino Unido presentar las soluciones legalmente operacionales, que sean compatibles con el acuerdo de retirada» del país de la UE, declaró Juncker durante el encuentro, según indicó la CE. «Esas propuestas todavía no se han hecho», añadió la Comisión.

No obstante, «Europa nunca pierde la paciencia», según dejó claro Juncker incluso antes de la reunión. Y subrayó la «voluntad y apertura» del Ejecutivo comunitario de analizar si esas propuestas cumplen con los objetivos de la salvaguarda; es decir, si permiten evitar una frontera dura en Irlanda.

Esa cláusula, cuyo objetivo es proteger los acuerdos de paz de Viernes Santo de 1998 y mantener la integridad del mercado único europeo, ha sido el principal motivo para que el Parlamento británico no haya dado su visto bueno al Acuerdo de Retirada negociado por Londres y Bruselas.

«A diario»

Según Downing Street, ambos acordaron «intensificar« las negociaciones y que «las reuniones pronto tengan lugar a diario». Según un portavoz de Johnson también se pusieron de acuerdo en que las conversaciones se desarrollen a nivel político entre el negociador para el Brexit de la UE, Michel Barnier, y el ministro para la salida británica de la UE, Steve Barclay.

Los opositores a Johnson lo acusan de ganar tiempo con las discusiones con Bruselas para conseguir un divorcio sin acuerdo. Su estrategia del Brexit enfrenta además detractores dentro de su Partido Conservador y en Westminster, donde perdió la mayoría por varias deserciones.

A la espera de un eventual acuerdo, el reloj sigue corriendo. El próximo momento crucial será la cumbre de mandatarios de la UE, prevista el 17 y 18 de octubre, y que los diputados británicos fijaron como límite para lograr un acuerdo o pedir una prórroga.

 

Farage augura otra prórroga del proceso de salida

Nigel Farage, líder del Partido del Brexit, vaticinó ayer que el proceso de salida de la UE será aplazado de nuevo porque el Parlamento tumbará el acuerdo que Boris Johnson cerrará con Bruselas en el último minuto. Acusó, además, a la élite política de Londres de conspirar con Bruselas para traicionar el resultado del referéndum de 2016, lo que pone en duda la fecha de aplicación del Brexit. A su juicio, el país está al borde del mayor enfrentamiento desde la Guerra Civil del siglo XVII y Johnson se arriesga a destruir el Partido Conservador por intentar reavivar el fallido acuerdo del Brexit impulsado por Theresa May.

«En la cumbre del 17 y del 18 de octubre habrá alguna cesión de la UE y Boris lo llevará al Parlamento el 31 de octubre y, sospecho, no logrará aprobarlo», dijo Farage en una entrevista a Reuters. «Por lo que no saldremos el 31 de octubre y entonces estaremos de verdad en aguas inexploradas, pudiendo el Parlamento imponer un segundo referéndum o unas elecciones generales», sostuvo.GARA