GARA
TEL AVIV

Gantz rechaza un Gobierno de unidad con Netanyahu

Benny Gantz, ganador de las elecciones del martes 17, rechazó ayer la idea de formar un Gobierno de unidad liderado por el primer ministro, Benjamin Netanyahu, que le propuso un Ejecutivo rotativo. El exgeneral y líder de Azul y Blanco aseguró que su partido «no claudicará ante nadie» y que él mismo «dirigirá las negociaciones». «No entraremos en una coalición liderada por Netanyahu», adelantó Moshe Yaloon, otro dirigente de la formación.

El cabeza de lista del partido israelí Azul y Blanco, el exgeneral Benny Gantz, anunció ayer que intentará formar un «Gobierno de unidad liberal» bajo su liderazgo, un mensaje que llega después de que el todavía primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, le emplazara a formar un Ejecutivo de gran coalición.

Azul y Blanco logró 33 escaños en las elecciones legislativas del martes frente a los 31 que ha sumado el Likud de Netanyahu.

Gantz remarcó que su formación es el partido con más votos y que, por tanto, le corresponde intentar formar Gobierno. «Tras una campaña electoral impuesta a los ciudadanos de Israel, los ciudadanos han ido a las urnas, han votado y han tomado una decisión clara. Han elegido unidad, han elegido Israel por encima de todo», manifestó.

Incidió en que su partido «no claudicará ante nadie» y que él mismo «dirigirá las negociaciones con juicio y responsabilidad para lograr lo mejor para los ciudadanos de Israel en las circunstancias políticas que se han creado». Afirmó que la negociación «requerirá determinación» y «adhesión» a los principios de su formación política y que no habrá «atajos».

El mensaje de Gantz llegó horas después de que el primer ministro y candidato a la reelección con el derechista Likud, Benjamin Netanyahu, emplazara al general retirado a conformar un Gobierno de unidad nacional.

Minutos antes del discurso de Gantz, Netanyahu lamentó en un comunicado que el militar retirado hubiera rechazado reunirse con él tras los resultados electorales del martes y se dijo «decepcionado y sorprendido» por la negativa de Gantz. En su opinión, el país «necesita un Gobierno de unidad lo más amplio posible, no otras elecciones ni un Gobierno que se apoye en partidos antisionistas».

El también dirigente de Azul y Blanco y diputado Yair Lapid consideró que el líder del Likud se está negando a aceptar el resultado de las urnas, que han dejado a su partido como segunda fuerza en votos y escaños. «Una persona está impidiendo la formación de un Gobierno de unidad liberal. Una persona. Cuando se afronta una elección entre lo que es importante para el país y lo que es importante para una persona, lo primero es el país», destacó antes de participar en una reunión con los miembros de su formación. Acusó a Netanyahu de intentar cambiar la decisión de los votantes.

Moshe Yaloon, otro dirigente de Azul y Blanco que podría acabar con la configuración actual del poder israelí, aseguró que no entrarán «en una coalición liderada por Netanyahu», que vive uno de los momentos más críticos de su carrera.

 

La unión de tropas, la baza del todavía primer ministro

En unas eventuales discusiones con Benny Gantz, Benjamin Netanyahu cuenta con una baza importante: la unión de sus tropas. No negocia solo en nombre de su formación, sino que lo hace en nombre del conjunto del «bloque» de derecha y sus aliados de los partidos judíos ultraconservadores. Asimismo, siempre ha utilizado la carta de su sintonía con Trump ante sus votantes y socios y, durante la campaña electoral, utilizó carteles que le mostraban dando la mano al presidente estadounidense e hizo referencias a él en varias de sus promesas electorales.

Pero su juego tiene un punto débil, pues está inmerso en varios escándalos por los que podría ser acusado de corrupción, malversación y cohecho, y por los que busca la inmunidad parlamentaria.GARA