GARA
París

La OCDE prevé para este año el crecimiento más débil desde 2009

La guerra comercial, el Brexit, la ralentización china, el deterioro de la deuda privada... Los riesgos para la economía mundial se están acumulando hasta tal punto que la OCDE espera ya el crecimiento anual más débil desde la crisis financiera de 2008-09. Por ello, insta a los gobiernos a reaccionar cuanto antes, reclamando a unos que abandonen las subidas de aranceles y a otros que aumenten las inversiones públicas para reactivar sus economías.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que revisa sus datos cuatro veces al año, prevé para este 2019 el crecimiento mundial «más débil desde la crisis financiera» de 2008, cuando se situó en el 2,9% antes de caer en una recesión, al contraerse -0,5%, al año siguiente.

Según las estimaciones actualizadas que la OCDE publicó ayer, el crecimiento mundial en 2019 será del 2,9%, tres décimas por debajo de lo que preveía en mayo, y debería mantenerse prácticamente estable, en el 3%, en 2020. Con estos datos, se muestra más pesimista que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en julio apostaba por un crecimiento del 3,2%.

A ojos de la OCDE, que para hacer estos cálculos no ha podido tener en cuenta el reciente ataque contra instalaciones petrolíferas saudíes, la situación actual en Oriente Medio constituye un foco de incertidumbre más en una larga lista.

«Las tensiones comerciales y políticas alimentan los peligros de un débil crecimiento durante más tiempo», considera la institución, que teme que se acentúe la guerra comercial entre EEUU y China, y que un Brexit sin acuerdo «represente un golpe para la ya frágil economía británica y que esto tenga efectos perturbadores en Europa».

También ve con temor «los elevados niveles de deuda privada, cuya calidad se está deteriorando y que podría amplificar los efectos de eventuales sacudidas (de la economía)».

«Todos los riesgos que observamos nos llevan a un terreno peligroso para el crecimiento, pero también para el empleo», advirtió Laurence Boone, economista jefa de la OCDE, durante la presentación del informe de previsiones en París.

Estímulos presupuestarios

«Si los gobiernos no actúan a partir de ahora mismo, el crecimiento mundial durante el próximo año podría ser inferior al 2,9% que prevemos para este año», alertó Boone, quien pidió a los estados que «aprovechen los bajos tipos de interés para invertir».

Según la economista jefa, los gobiernos deberían «aumentar el gasto público» para «salir de la trampa de un persistente crecimiento débil». Enésima advertencia a países con un importante superávit comercial y presupuestario. Aunque no citó a ningún estado, Alemania es el mejor ejemplo de esa situación.

La primera potencia económica europea obtuvo una de las correcciones más severas en la revisión de la OCDE, que espera que el PIB alemán solo crezca un 0,5% este año (dos décimas menos que en las previsiones anteriores) y que el próximo se sitúe en un 0,6%, la mitad de lo que preveía en mayo.

La economía británica, en plena inestabilidad por el proceso de salida de la UE, solo crecerá un 1% (dos décimas menos) este año y un 0,9% en 2020.

La economía estadounidense, que conoce uno de los ciclos de crecimiento más largos de su historia, también se ralentizaría y el PIB aumentaría un 2,4% este año (cuatro décimas menos que en la anterior previsión) y se situaría en un 2% en 2020.

Para China, prevé un 6,1% para 2019 (una décima menos) y su crecimiento el año que viene se situaría por debajo de la barrera simbólica del 6%, al retroceder hasta el 5,7%.

Ante este escenario, la OCDE apela una vez más a los estados a «poner fin a la escalada de aranceles y subsidios que distorsionan los intercambios comerciales» y a «que restablezcan reglas que sean predecibles para las empresas».

También recomienda que los gobiernos «limiten la dependencia de una política económica excesivamente estresada», en un momento en el que el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de EEUU han vuelto a optar por una política de apoyo a la economía.

Más allá de las principales potencias, la OCDE considera que la situación más crítica en estos momentos es la de Argentina, que podría sufrir este año una recesión del 2,7% y cuyo PIB volvería a caer un 1,8% en 2020.