Al menos 30 personas murieron y decenas resultaron heridas en nuevos enfrentamientos registrados el lunes en Papúa, región de Indonesia. Los disturbios empezaron el 19 de agosto en reacción a unos incidentes racistas contra estudiantes papúes en Surabaya, la segunda ciudad más grande de Indonesia, en la isla de Java. 43 universitarios independentistas papuanos recibieron insultos racistas por parte de indonesios por presuntamente profanar la bandera indonesia.

Esto hizo que los papúes reiteraran su reclamo de un referéndum de independencia. Las protestas se extendieron a varias ciudades de la región, a la que se le impuso un apagón de internet y adonde fueron enviados más de 6.000 soldados y policías paramilitares.

Sobre las muertes registradas este lunes, el portavoz del Ejército en Papúa, Eko Daryanto, dijo a Efe que «la mayoría de la gente murió a causa de los incendios. Quedaron atrapados en las casas que se quemaban».

En la ciudad de Wamena, en el interior de la provincia, 26 civiles fallecieron tras una manifestación en la que participaron cientos de jóvenes y en cuyo transcurso se quemaron varios edificios, públicos y privados, indicaron las autoridades.

En la capital provincial Jayapura murieron tres civiles y un soldado.

La semana pasada, una coalición de más de una veintena de organizaciones civiles papuanas publicó un informe en el que se documenta la muerte de una decena de manifestantes, no reconocidos por las autoridades. Amnistía Internacional ha denunciado la impunidad de las Fuerzas Armadas y la restricción de acceso a periodistas y académicos extranjeros.