Ingo NIEBEL
CUMBRE DEL FMI EN MAASTRICH

La «mecánica del poder» toma las riendas de la Comisión Europea

El próximo 1 de noviembre, la alemana Ursula von der Leyen asumirá oficialmente su cargo de presidenta de la Comisión Europea (CE). Así será al menos la jefa de Gobierno que en Alemania no ha podido ser. Su carrera guarda similitudes a la de la canciller Angela Merkel, su mecenas, a la que le debe su actual puesto.

El poder político no emana de una sola persona sino que suele ser un producto de grupo, dirigido por una persona que se apoya en otras, que le cubren la espalda, le abren el camino hacía las cimas políticas y que a veces se sacrifican por ella si no son sacrificadas antes por el interés particular.

En el mundo patriarcal europeo se suele obviar estos entresijos cuando es un hombre quien llega a una posición de liderazgo porque parece que su condición de género le dotara de tal fuerza que hace obsoleta cualquier ayuda de otros. Sus ayudantes se pierden en las penumbras de la política.

Por contra, se suele mirar más de cerca a una mujer que ha recorrido el mismo camino, porque su condición lleva aparejada una supuesta debilidad si se mira desde una posición patriarcal. Aunque el modus operandi a la hora de asumir el poder, ampliarlo y defenderlo suele ser en grandes rasgos el mismo en ambos sexos, cuando una mujer los aplica la opinión pública le ve más como Cersei Lannister, la siniestra reina en Juegos de Tronos, mientras que a su contraparte masculina la alaba como un fiel discípulo de Maquiavelo.

Siguiendo los consejos del autor renacentista en su obra “El Príncipe”, a la demócrata cristiana Ursula von der Leyen (CDU) el semanario alemán “Focus” la bautizó como «la guillotina sonriente», siempre dispuesta a cortar los lazos con aquellas personas que suponen un peligro para su actual estatus político y sus planes. El diario “General-Anzeiger” de Bonn optó por bautizarla como la «mecánica del poder», que sabe qué personas le pueden servir como ruedas mecánicas para avanzar y cuándo sobran. Sin duda alguna, Von der Leyen debe su actual puesto en primer lugar a su canciller Angela Merkel (CDU). Esta última le hizo un gran favor tanto a ella como también a su partido cuando propuso a su entonces ministra de Defensa para el nuevo puesto. En julio parecía que la comisión parlamentaria que investiga los contratos multimillonarios del Ministerio con asesores externos se centraba cada vez más en su titular. Es difícil imaginarse que ahora dicho gremio cite a la jefa de la Comisión Europea para que declare ante el Bundestag. Para ello, la política alemana ha endosado el affaire a su secretario de Estado, Gerd Hoofe. Era un hombre clave en todos los años cuando en 2003 Von der Leyen inició su carrera política en Baja Sajonia.

Este estado federal es un laberinto político en sí mismo dentro de la República Federal de Alemania, caracterizado por sus muy peculiares redes sociales entre políticos, empresarios, industriales y actores.

El padre de Von der Leyen, Ernst Albrecht, fue ministropresidente de este land durante 14 años. En 1958, cuando él ocupaba un cargo en la Comunidad Económica Europea (CEE), su hija Ursula nacía en Bruselas. Los primeros 13 años de su vida los pasó en la capital belga. Entonces aprendió a hablar fluidamente el francés. Más tarde estudió medicina y se doctoró. Acompañó a su marido Heiko, médico y empresario, a EEUU cuando fue contratado por la universidad de Stanford. De su estancia al otro lado del océano se explican las buenos conocimientos del inglés de esta madre de siete hijos, que ahora tienen entre 20 y 32 años.

Aunque en 2015 algunos investigadores comprobaron que Von der Leyen cometió cierto grado de plagio en su tesis doctoral, la Universidad de Medicina de Hannover –por cierto la capital de Baja Sajonia– le reprendió por ello, pero no le retiró el título académico. Entonces ya llevaba una década siendo ministra en los diferentes gabinetes de Merkel.

En aquella época se debatía también sobre si Von der Leyen podría ser la sucesora de la canciller al frente del Ejecutivo y el partido. En 2013, Merkel frenó las ambiciones de su correligionaria cambiándole la cartera de Trabajo por la de Defensa, sabiendo que en este último Ministerio quedaban bastantes dossieres y unas cuántas minas políticas como la corrupción, malversación e ineficiencia que le podrían estallar en cualquier momento, llevándose por delante a la responsable de turno.

No obstante, lo que Von der Leyen tiene en común con Merkel es que ambas han hecho carrera política en el partido y Estado sin contar con un importante grupo de presión en ambas estructuras. La canciller supo lidiar con sus adversarios, forjando un grupo de personas de confianza, que le han sido fieles hasta hoy en día.

A cambio, su ahora exministra optó por fichar y echar a las personas siempre según el momento y sus intereses. La falta de poder en la CDU y a veces también en el gobierno la ha sabido equilibrar con una hábil política mediática. El responsable de movilizar y activar los comandos mediáticos en favor de Von der Leyen ha sido el experiodista Jens Flosdorff.

Junto con Hoofe ha estado al lado de la designada presidenta de la CE desde que comenzó su carrera política en Hannover. Flosdorff es por ahora el único de esta vieja guardia que ha acompañado a Von der Leyen a Bruselas. Está por ver si allí consigue orquestar a los medios, tal y como lo ha hecho en Alemania.