Arnaitz GORRITI

DE LIDERAR A GRANDES EQUIPOS A LA PELEA EN TOTAL SOLEDAD DE DAVID BLATT

Campeón de un Eurobasket, una Euroliga y una Eurocup, medallista olímpico, finalista de la NBA y ahora, cesado tras la primera jornada de la Euroliga con Olympiacos y con un diagnóstico de esclerosis múltiple. El técnico estadounidense-israelí se prepara para su nueva vida.

La derrota frente al Asvel Villeurbane fue la gota que colmaba el vaso. Olympiacos parece haber encarado esta temporada 2019/2020 de la Euroliga en horas bien bajas, con un Vassilis Spanoulis inmerso en un proceso epilogal y sin que haya un relevo natural claro para tomar la batuta que «el mago de Larissa» ha manejado durante la última década. Solo era la primera jornada de la Euroliga, pero dos días después de caer en tierras galas, Olympiacos y David Blatt anunciaban «un acuerdo para seprar los respectivos caminos». Atrás quedó un año en el que los del Pireo se quedaron fuera de los playoffs de la Euroliga y en el que las lesiones y los jaleos con Panathinaikos enturbiaron la temporada.

«Aprecio a las personas y a la familia que he encontrado durante mi estancia en Grecia. Siento mucho respeto por la directiva, los jugadores y el grupo técnico con el que he tenido el placer de trabajar, pero después de una respetuosa deliberación conjunta, hemos decidido que lo mejor para mí y para el club es que separemos nuestros caminos», escribía el técnico norteamericano-israelí en la web de Olympiacos a modo de adiós. Para David Blatt, nacido en Boston hace 60 años, llegó el momento de lidiar con una esclerosis múltiple diagnosticada el pasado mes de agosto, pasando así de liderar a grandes grupos a tener que pelear solo.

«La fatiga, la falta de fuerza y de equilibrio son problemas reales para mí, pero jamás en mi vida me he rendido y no abandonaré ahora. Tengo un fantástico equipo de médicos y fisioterapeutas con el que realizo ejercicios, sobre todo en la piscina, para la mejora de la fuerza y el equilibrio. Soy entrenador y mi trabajo es liderar e inspirar a grupos, algo que puedo seguir haciendo pese a perder agilidad y movilidad», dijo el pasado 19 de agosto. «Soy alguien afortunado que tiene una directiva que acepta mi problema y me ayuda asobreponerme. ¿Por qué debiera quejarme?», añadía.

Americano, europeo; lejano, cercano...

David Blatt es un entrenador algo atípico. Cercano en el trato según aquellos que lo conocen, el que fuera campeón de la Euroliga en 2014 con el Maccabi contra todo pronóstico y posteriormente elegido Entrenador del Año de aquel año, sorprende cuando se recuerda su nacionalidad, ya que ha pasado más de una década en la Euroliga, especialmente en las filas del Maccabi de Tel Aviv, primero de ayudante del histriónico Pini Gershon –en 2002 y 2003– y después como entrenador jefe, entre 2010 y 2014. Pero además ha sido entrenador jefe del Dinamo de San Petersburgo, en 2004 y 2005; de la Benneton de Treviso entre 2005 y 2007; del Efes Pilsen, en 2007 y 2008; del Aris de Salónica, en 2010; y del Darussafaka, entre 2016 y 2018. Por no hablar de su condición de exseleccionador de Israel –los años 2004 y 2005– y sus éxitos al frente de Rusia, una Rodina a la que entrenó entre 2006 y 2012 y llevó al oro en el Eurobasket de España 2007 –batiendo a España en la final, con aquella canasta ganadora de JR Holden–, y a la medalla de bronce en el Eurobasket de 2011 y los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En un palmarés la mar de extenso, destacan cinco Ligas de Israel, otras seis copas de ese país, la Liga Adriática de 2012, la LEGA Italiana de 2006, la Coppa de Italia de 2007, la FIBA Euro Challenge de 2005, y la Eurocup de 2018 con Darussafaka, que le valió para regresar a la Euroliga fichado por Olympiacos.

De hecho, resulta más chocante su fugaz trayectoria en la NBA, entre 2014 y 2016, en los Cleveland Cavaliers. Fue extraño ver a Blatt tratando de dirigir a LeBron James en aquellos Cavs Campeones de la Conferencia Este pero que acabaron arrollados por los pujantes Golden State Warriors, para que un año después fuera definitivamente cesado y sustituido por Tyronn Lue, un entrenador más cercano o del gusto del alero de Akron. James nunca se terminó de sentir a gusto con el estilo «europeo» que propugnó Blatt, como alumno destacado de Pete Carril, entrenador de la elitista Universidad de Princeton donde se formó el propio Blatt, y cuyo Princeton Offense bordó más tarde Rick Adelman en aquellos Sacramento Kings de los Chris Webber, Divac, Stojakovic, Jason Williams –y después Mike Bibby–, Doug Christie o Hedo Turkoglu, entre otros.

Al final, LeBron conquistaría su anillo con los Cavs y Blatt dejaría los Estados Unidos para volver «a casa»: a Turquía. Y eso que a Blatt no le ha faltado mano izquierda para llevar a gente díscola. Shved, Schortsianitis, un Tyrese Rice que fue el héroe de la Euroliga de 2014, Wilbekin de aquel Darussafaka de 2018... Claro que, donde manda patrón...

Y ahora un patrón de la Euroliga ha enviado Blatt a la soledad y a la lucha casi anónima. «Confiamos en que su determinación y su actitud positiva le ayuden a sobrellevar este difícil momento», declaraba Jordi Bertomeu al enterarse de la enfermedad de David Blatt. Resuena aún el eco de sus pasos...