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Olga Tokarczuk y Peter Handke se hacen con los Nobel de Literatura

La escritora polaca Olga Tokarczuk y su colega austríaco Peter Handke son los ganadores del Nobel de Literatura 2018 y 2019, respectivamente, anunció ayer la Academia Sueca. El Nobel de Literatura se entregó en esta edición por partida doble, tras quedar el año pasado en suspenso en medio del escándalo por denuncias de abusos sexuales en el entorno de la Academia sueca y la crisis interna que se precipitó en la institución.

La novelista, poeta, ensayista, guionista y sicóloga Olga Tokarczuk es la ganadora del premio Nobel de Literatura 2018, lo que supone el empujón definitivo para la carrera de una autora prolífica que ya se encuentra entre los escritores polacos más traducidos y que no oculta que su primer empleo fue el de limpiadora en Londres.

Tokarczuk nació el 29 de enero de 1962 en Sulechów. En 2018, y como guiño a sus comienzos humildes, se puso los pendientes que usaba a menudo durante su época de empleada doméstica al recibir el Premio Booker en Londres a la mejor novela traducida al inglés por “Los corredores”.

Después de recibir el Booker, la escritora reconoció en una entrevista que se sentía como en un «juego de ordenador», consciente de que ese galardón suponía entrar «en una nueva vida, en un nivel diferente de competencia», un presagio que la Academia sueca confirmó ayer al convertirla en ganadora del Premio Nobel.

Tokarczuk es autora de 17 libros –“El viaje de los hombres del libro” (1989) y “En un lugar llamado antaño” (1996), entre otros– y es un caso poco frecuente de una escritora valorada tanto por la crítica como por el público. No duda en involucrarse en las causas en las que cree y son conocidas sus declaraciones en defensa de los refugiados, el ecologismo, los derechos de las minorías o el feminismo, sobre el que dice tener una visión particular.

El austríaco Peter Handke, (Griffen, 1942), ganador del premio Nobel de Literatura 2019, es uno de los escritores en lengua alemana más originales y exitosos de la segunda mitad del siglo XX y, sin duda, el más polémico por su postura proserbia en las guerras de los Balcanes en los años 1990.

Desde sus primeros escritos su obra giró alrededor de la fragilidad del lenguaje, la dificultad de la comunicación humana, el sentido de la existencia, la soledad y el desarraigo.

Conocido en sus inicios por su irreverencia y su espíritu provocador, la primera obra como dramaturgo con la que consiguió reconocimiento fue “Publikumsbeschimpfung” (“Insultos al público”, 1966), en la que cuatro actores analizan la naturaleza del teatro y se dedican a insultar al público y a elogiar su propia actuación.

La obra fue un escándalo y expuso el afán vanguardista de Handke, que exploró esa faceta en otras piezas, sin trama convencional, sin personajes lineales o sin separación entre actores y público. Su consagración llegó con su novela más conocida: “El miedo del portero ante el penalti” (1970).

La polémica marcó la vida de Handke a partir de la publicación de “Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Sava, Morava y Drina, o justicia para Serbia” en 1996. La polémica creció años después con su defensa del autoritario presidente serbio Slobodan Milosevic, a quien incluso visitó cuando estaba en la cárcel de La Haya en 2004, al ser juzgado como criminal de guerra y en cuyo entierro tomó la palabra en 2006.

Ese mismo año la concesión del Premio Heine, dotado con 50.000 euros, desencadenó una enorme polémica en Alemania. Handke renunció finalmente al premio y en 2014 también rehusó la dotación económica del Premio Internacional Ibsen tras la polémica que causó en Noruega su elección.