Amaia U. LASAGABASTER
Entrevista
AMAIA GOROSTIZA
PRESIDENTA DE LA S.D. EIBAR

«No podemos olvidar en ningún momento de dónde venimos»

A mitad de su legislatura, disfruta con la sexta temporada del Eibar en Primera mientras trabaja en los dos proyectos más ambiciosos en la historia del club: la contrucción de la Ciudad Deportiva y la remodelación de Ipurua.

Amaia Gorostiza llegó al Consejo de Administración del Eibar coincidiendo con el debut del equipo en Primera. Un año después se convertía en la primera mujer al frente del club armero.

No ha pasado mucho tiempo, apenas un lustro, pero sí tantas cosas que parece que el Eibar lleva media vida en Primera.

No no, para nada, y tenemos que pelear mucho cada día para estar donde estamos. Nos preocupamos mucho de recordarnos nosotros mismos de dónde venimos. No podemos olvidarlo el ningún momento.

¿Al menos se ha perdido la sensación de ser un invitado en un lugar que no corresponde?

Sí, es la sexta temporada en Primera y se nota. Creo que en la primera estuvimos todos un poco descolocados. Además cómo acabó, con el descenso deportivo..., fue una situación muy inestable. Pero creo que hemos tenido la capacidad de agarrar las riendas con fuerza y tenemos un equipo de profesionales formidable y un Consejo que se entrega en cuerpo y alma. Cometiendo errores pero lo asumimos como algo de lo que aprender para mejorar. Y yo creo que en líneas generales la cosa va bien, nuestro paso por Primera está siendo solvente.

¿Se lo siguen tomando como un «paso»? ¿Algo temporal?

El Eibar es un equipo de Primera. Y con buenos cimientos para seguir siéndolo, que es para lo que trabajamos. Eso no quiere decir que no llegue un momento en el que perdamos la categoría. Pero como puede pasarles a muchos otros clubes, cualquiera está expuesto. Algunos lo estamos más pero en el bombo estamos todos.

La evolución del club ha sido espectacular. ¿Pero todos los cambios han sido para bien?

Todas las actuaciones que realizamos han sido pensando en lo mejor para el club aunque no todas salgan bien. De las que no salen bien hay que aprender y de las que salen bien, disfrutar.

Sí da la sensación de que el «relato» ha perdido fuerza. Las historias envejecen, otros equipos modestos han seguido su camino, ni siquiera es ya el más pobre de la familia... ¿Hay que buscar otro?

Indudablemente. Para seguir siendo como somos, tenemos que reinventarnos continuamente. Pero eso es algo que caracteriza a los eibarreses, la capacidad de adaptación, de cambio, de renovación, de buscar nuevas oportunidades. Creo que así se puede llegar muy lejos y no estoy hablando de éxitos en la competición, sino de otras cuestiones en las que también podemos llegar muy adelante. Aún siendo, como seguimos siendo, un equipo muy modesto y la población más pequeña con un equipo en una de las grandes Ligas europeas.

¿Tras ese proceso de reinvención, cuál es ahora el «gancho»? ¿Cómo se convence de que el Eibar es un club que merece la pena en un mundo en el que sólo vende la victoria?

Además de los objetivos deportivos, estamos trabajando en un tema muy atractivo. Que no se ha hecho para venderlo, sino para implantarlo en el club. Lo implantamos la temporada pasada y los resultados están siendo muy positivos. Me refiero a «Gure balioak eraikitzen, Construyendo nuestros valores», un programa muy potente que trata de educar a través del deporte. La Liga ya nos ha pedido que lo presentemos allí porque les interesaba y ha tenido una grandísima aceptación, hasta el punto de que ya se habla de estudiarlo para ponerlo en marcha en otros clubes y puede que también en otros países.

Siempre los valores.

Sí. Todo el mundo habla de valores, a todos se nos llena la boca, pero nosotros hemos intentado ponerlo en práctica con nuestra gente. De los 500 niñas y niños que tenemos aquí, la realidad es que muy pocos llegan a la elite y la gran mayoría, además, lo deja muy pronto. Y lo que queremos es que cuando salgan de aquí no sólo se lleven la experiencia deportiva sino que se lleven algo que les sirva en su vida, que hayan interiorizado una serie de valores. Lo novedoso es que es un programa muy medible, en el que los valores se trabajan en función a acciones concretas. Si a final de temporada hay niños o niñas que no han conseguido superar alguno de los objetivos marcados, se estudió la idoneidad de seguir contando con ellos en el club si no se ajustan a los mínimos exigibles en cuanto a formación, valores, ética. Y muy a nuestro pesar, esta primera temporada con el proyecto en marcha, ha habido cuatro niños que han tenido que salir del Eibar. Y uno de ellos es muy bueno técnicamente y de hecho le han cogido en un club más grande que el nuestro. Pero ha sido una apuesta que hemos realizado, convencidos de que en una escuela deportiva hay que trabajar el deporte en toda su extensión y eso también incluye unos valores y una ética.

¿Hasta qué punto es implantable en el primer equipo, a fin de cuentas el espejo en el que se miran los críos?

No es fácil. No sólo porque estemos hablando de futbolistas profesionales, también por una cuestión de edad; comprobamos que es más sencillo trabajar este tipo de cuestiones en niños que en adolescentes, por ejemplo. Pero sinceramente creo que nuestros jugadores cumplen bastante con los mínimos exigibles, no sólo en el campo. Y creo que tiene que ver con la forma de trabajar, que coman todos juntos, que ayuden a los utilleros, que carguen los maletones de material al autobús... Son cosas pequeñas pero con las que el jugador percibe que está en un club en el que hay que currar de verdad en todos los aspectos, no sólo en el deportivo. Aunque evidentemente el deportivo sea su trabajo, por el que cobran.

¿Además de por su «diferencia», el Eibar también sigue convenciendo a los jugadores por su fama de buen pagador? Porque supongo que, con los planes de saneamiento del fútbol, ya no es una excepción.

No es una excepción pero sí sigue teniendo la fama de ser un club que paga a tiempo y sin problemas.

¿Volverá a serlo? Siempre estamos hablando del pinchazo de la burbuja del fútbol.

Yo sólo puedo hablar del Eibar y de cómo funcionamos. Desde luego, con la política que tenemos, al menos mientras esté este Consejo, aquí no va a pasar. Seguiremos con la política de deuda cero y siendo atentos con las fechas de pago y con los compromisos que adquirimos.

¿Hasta qué punto le interesaría al Eibar un «pinchazo» o, al menos, una racionalización de cifras? Pese a todo lo que han invertido en obras tienen muchísimo dinero para cubrirse pero al mismo tiempo este es el club con mayor dependencia de los ingresos televisivos.

Tenemos una dependencia muy grande de los derechos televisivos, suponen un 95% de nuestros ingresos. Así que a nosotros, que se redujese el montante que se asigna a los clubes nos haría daño. Tenemos que trabajar, y trabajamos, en buscar otras vías de ingreso pero jamás vamos a conseguir que los derechos televisivos supongan sólo un 45% o un 50%. Lo que tenemos que hacer es lo que estamos haciendo, medir el gasto, hacer la hucha, hacer patrimonio y tener unos cimientos muy sólidos para que cuando llegue el momento, cuando sea, poder seguir trabajando en lo que estamos haciendo: en tener un club firme, en el primer equipo, en formar una cantera, en ser un centro de alta tecnificación al que creo que no hay que ver como una amenaza sino como una oportunidad.

Ya que ya han salido las palabras «obras» y «cantera», ¿cuándo entran las excavadoras en Areitio? En dos semanas se cumplirá un año de la Junta en la que se aprobó la ubicación de la Ciudad Deportiva.

Lamentablemente, no depende de nosotros. Yo dije en su momento que me gustaría que las máquinas entrasen a final de este año pero realmente no podemos saberlo porque el trabajo administrativo previo es muy extenso y no depende de nosotros, sino de diferentes organismos que además trabajan de forma independiente. Urbanismo, medio ambiente, tráfico aéreo, carreteras... Los más interesados somos nosotros, que tenemos toda la estructura deportiva del club desperdigada. Si estuviese en nuestra mano, ya estaríamos en ello, como estamos haciendo en Ipurua.

¿Ese es el legado por el que le gustaría ser recordada cuando deje la presidencia? ¿La Ciudad Deportiva y el nuevo Ipurua?

Honestamente, no pienso en que estoy dejando un legado, para nada. Y te digo lo mismo del Consejo. Somos un equipo que estamos trabajando altruistamente para el Eibar y por el Eibar y creo que a ninguno de nosotros se nos pasa por la cabeza pensar en legados, sino en trabajar para dejar un club robusto. Y además siempre lo digo, el Eibar es lo que es gracias a toda la gente, mucha, que lo ha construido desde 1940.