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Erdogan logra su «zona de seguridad» cuyo alcance pactará con Vladimir Putin

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó que ocupará una franja de 120 kilómetros de extensión en Siria desde que hoy dé por finalizado el alto el fuego y la retirada de las fuerzas kurdas. Pero su alcance tendrá que pactarlo con el presidente ruso, Vladimir Putin. Miles de personas huyen de la región.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó ayer que impondrá la que denomina «zona de seguridad» en una franja de 120 kilómetros de largo en territorio sirio a lo largo de la frontera, entre las localidades de Tal Abyad y Serekaniye, como «una primera fase» de los 444 kilómetros que reclama ocupar.

El plan inicial de Ankara se ha visto frenado por el avance del Ejército sirio al este y al oeste de esa región, pactado con las fuerzas kurdo-árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), forzadas por el ataque turco. Los combatientes kurdos completaron el domingo la retirada de Serekaniye hacia el sur y la evacuación del hospital.

Ankara prevé completar la ocupación de esta zona cuando termine hoy la «tregua» que pactó con Estados Unidos para que se retiraran las fuerzas kurdas. El ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, volvió a amenazar ayer con reiniciar la ofensiva si «quedan terroristas».

Si las fuerzas turcas y los grupos islamistas que las acompañan quieren ir más allá deberán contar con Rusia, aliado de Damasco, una cuestión que tratará hoy Erdogan con su homologo ruso, Vladimir Putin, en un encuentro en Sochi.

Erdogan afirmó que «tomaremos las medidas que sean necesarias» tras este encuentro, y acusó a los países europeos que critican la operación militar de «apoyar a los terroristas».

El pasado viernes ya avanzó que colocaría 12 puestos militares turcos en la denominada «zona de seguridad».

Aunque el alto el fuego no se respetó en los primeros días y continuaron los bombardeos sobre hospitales y fuerzas kurdas en retirada, en las últimas horas han disminuido. Aun así, ayer cuatro kurdos murieron en un ataque de los islamistas proturcos al sur de Tal Abyad.

Turquía pretende además llevar a cabo un cambio demográfico en la región y prevé instalar allí al menos a dos millones de los 3,6 millones de refugiados que acoge en su territorio.

A la vez, miles de personas han dejado sus hogares y han cruzado pasos fronterizos no oficiales para buscar refugio en el Kurdistán iraquí por temor a la ofensiva de Turquía.

Temen también el precedente de los robos, saqueos y violaciones que siguieron a la invasión turca de la región de Afrin. Más de 4.100 personas han pasado ya al Kurdistán iraquí en una sola semana, pero los desplazados son ya más de 300.000.

Quienes también se retiraron fueron las fuerzas estadounidenses que fueron despedidas con lanzamientos de piedras, verduras y otros objetos por la traición de abrir la puerta a la invasión de Turquía. Sus convoyes militares fueron recibidos de la misma manera en el Kurdistán iraquí.

Sin embargo, el presidente de EEUU, Donald Trump, indicó que dejará «un pequeño contingente» en la base con la que aún cuenta cerca de la frontera jordana y para «defender los campos de petróleo» situados en el sudeste sirio.