Arnaitz GORRITI
NBA 2019/2020

La ciudad de Los Angeles apuesta por conquistar el anillo al asalto

La marcha de Kahwi Leonard a los Clippers, el añadido de Anthony Davis a los Lakers junto con LeBron, más las lesiones y la marchade Durant de los Warriors invitan a pensar en un cambio de ciclo. Brooklyn se suma a Philadephia y Milwaukee por el cetro en el Este.

Como si hubiera sonado el despertador, el acérrimo seguidor de la NBA puede haberse despertado de algo parecido a una pesadilla. Una pesadilla rara según la cual los Toronto Raptors son los vigentes campeones y los Golden State Warriors han visto hundirse su reinado entre graves lesiones y un mercado loco –por no hablar del fiasco de la selección de los Estados Unidos en el Mundial–. Pero no, porque después de la ducha y de desperezarse como es debido se encontrará con que la temporada que arranca esta misma madrugada y que los Toronto Raptors, en honor a ser los campeones, estrenarán la campaña.

Kahwi Leonard coleccionó otro anillo con un MVP de las Finales, pero firmó por los Raptors por un solo año, porque se quería ir a su California natal; a Los Angeles. ¿Lakers o Clippers? Ante la sombra alargada de LeBron James, la callada figura de Leonard firmaba con los Clippers, y ojo con ellos.

Bajo la batuta de Glenn Doc Rivers, la llegada de Kahwi se ha visto adornada con un Paul George en la triste desbandada de los Thunder, un dúo que se come más de 65 millones de dólares de salario y que ha obligado a soltar lastre a los Clippers.

El «derbi» angelino abrirá la pelea del Oeste. Anthony Davis se ha sumado al proyecto de LeBron James en los Lakers y ya por ello aspiran al anillo como hace años no lo hacían. Y no están solos: Kyle Kuzma, Danny Green, Dwight Howard y hasta un DeMarcus Cousins que en agosto volvió a romperse.

El Oeste, una vez más, se presenta salvaje. Westbrook y Harden vuelven a verse las caras, esta vez en Houston. Denver espera dar otro paso camino a la gloria y los Warriors, como los Blazers, llegarán hasta donde Curry y Lillard lleguen. Y sobre todo, con el traspaso de Anthony Davis a los Lakers, ojo con los Pelicans. Es una pena no ver a Zion Williamson, flamante número uno del draft, lesionado de la rodilla. Cuentan con Jrue Holiday, el «excedente» de los Lakers con Lonzo Ball, Brandon Ingram y Josh Hart, JJ Reddick y hasta Nicolo Melli. Como se conjunten, darán miedo.

¿Los campeones, y qué más?

El manager general de los Raptors Masai Ujiri se movió como nadie la pasada campaña para traerse a Kahwi Leonard y Danny Green de San Antonio y supo pescar a Marc Gasol en el mercado de traspasos, unos fichajes esenciales para ganar un anillo muy improbable.

Ahora Kahwi no está, pero se espera es que el camerunés Pascal Siakam –renovado por cuatro años y 130 millones– confirme el paso adelante que dio la pasada campaña al convertirse en el Jugador Más Mejorado. Junto con Lowry, Ibaka y Marc Gasol, a la chita callando, los de Nick Nurse algo harán.

Pero en el Este Milwaukee y Philadelphia deben ser los que manden. Ambos cayeron en los pasados playoffs ante Toronto, pero este ha de ser su año. Antetokounmpo se ha hecho con tiradores como Matthews y Korver para abrir más espacios a Giannis. En los Sixers, Butler se ha ido a Miami, pero Joel Embbid no estará solo. En el camino ha llegado Al Horford, mientras que Ben Simmons parece en la tarea de mejorar al fin el tiro.

Boston siempre es Boston. Ha perdido a Horford y Kyrie Irving, este camino de Brooklyn, pero se lleva a Kemba Walker, al gigantón Tacko Fall y mantiene a Marcus Smart y Jayson Tatum. Y luego están los Nets, que han apostado por la recuperación de Kevin Durant de su lesión en el tendón de Aquiles, Kyrie Irving y DeAndre Jordan. Una apuesta con demasiadas trazas de que no estará listo para cuando lleguen los playoffs, pero que pueden animar mucho el Este, en un año con muchos candidatos.

China, política, deporte, bocas grandes y moscas

¿Cuándo está bien que los deportistas profesionales se signifiquen en cuestiones políticas? ¿Cuándo es mejor callarse? Depende del punto de vista. Cuando jugadores como LeBron James se sumaron al movimiento Black Lives Matter –las vidas negras importan–, después de que varios jóvenes de raza negra encontraran la muerte a manos de policías blancos en los Estados Unidos, las críticas arreciaron sobre el alero de Akron, por no hablar de que la NBA puso veto a cualquier expresión de protesta, prohibiendo camisetas o cualquier clase de enseña mínimamente reivindicativa.

Por eso, ha resultado chocante que Daryl Morey, gerente general de los Houston Rockets, se metiera en camisas de once varas al apoyar vía twitter las revueltas de Hong Kong. Lo increíble, en cierta medida, fue que hasta el propio LeBron James criticó las palabras de Morey, achacándole que «(Morey) no sabía lo suficiente sobre la situación actual (en Hong Kong) o estaba mal informado», apostillando que «muchas personas podrían haber sufrido daños no solo financieros, sino también físicos, emocionales y espirituales, así que tengamos cuidado con lo que twitteamos, lo que decimos y lo que hacemos. Sí, tenemos libertad de expresión, pero eso también puede causar cosas muy negativas».

La NBA, en cambio, tan tajante a la hora de cortar otra clase de movimientos, esta vez ha decidido apoyar a Morey, por el medio de no censurar sus declaraciones, amparándose en la «libertad de expresión». Obviamente, a las autoridades chinas no les ha hecho ninguna gracia esta reacción. Así las cosas, la Televisión Estatal emitía un comunicado en el que acusaban al Comisionado –al que denominaban despectivamente «gurú»– Adam Silver de «poner principios morales desde lo alto de su pedestal e inventar sucias mentiras hacia China».A. G.