GARA
BAGDAD

Las milicias amenazan con aumentar el caos en las protestas de Irak

Desde el resurgimiento de las manifestaciones antigubernamentales en Irak el pasado jueves, ha aumentado la lista de víctimas mortales –más de 60 desde el viernes–, a la vez que el caos amenaza con una deriva hacia un enfrentamiento entre milicias.

La represión y el aumento en el número de muertos en Irak no logran acallar las protestas contra la corrupción y que reclaman servicios básicos y mejoras económicas. Ayer fallecieron al menos cinco personas más y otras 101 resultaron heridas durante el nuevo estallido de protestas que han cobrado un nuevo impulso desde el pasado jueves. Con este balance son ya 63 el total de fallecidos y más de 2.500 los heridos durante las últimas 48 horas en todo el país.

Desde principios de mes, ya son más de 220 los fallecidos en la revuelta que está sacudiendo la capital iraquí y el centro y el sur del país.

Dos de los muertos ayer eran residentes de Nasiriya, en el sur de Irak, donde una multitud fue repelida a tiros por la Policía cuando asaltaban el domicilio de un responsable del gobierno local. Otras 17 personas resultaron heridas.

En la capital, Bagdad, se tenía constancia de al menos tres muertos y 84 heridos, la mayoría con indicios de impactos de botes de gases lacrimógenos disparados por la Policía cuando intentaban aproximarse a la Zona Verde, el recinto que alberga a las embajadas y sedes del Gobierno iraquí.

La tensión seguía subiendo conforme pasaban las horas, después de que el Ministerio del Interior de Irak prometiera una respuesta todavía más contundente contra cualquier conato de levantamiento popular. Pero además, la situación de violencia amenaza con derivar hacia una intervención de diferentes milicias.

Líderes de la coalición de milicias pro iraníes Hachd al-Chaabi, aliadas del Gobierno, amenazaron con vengar los ataques contra sus sedes en el sur, en uno de los cuales, en la localidad de Amara, murió uno de sus comandantes, Wissam al-Alyaui, y su hermano.

En los funerales, ayer, los milicianos llevaron a cabo una demostración de fuerza, y el líder de uno de estos grupos, Qais al-Jazali, prometió convertir estas amenazas en una «oportunidad» para las milicias.

Otro de estos grupos advirtió a los manifestantes: «Vigilad. Permanezcamos unidos». Los enfrentamientos se agravaron el viernes con el incendio al sur del país de sedes de partidos, oficinas de diputados y, sobre todo, de cuarteles de facciones armadas de la coalición Hachd al-Chaabi, en la que la población ve el «escaparate del régimen».

A la vez, el influyente clérigo y líder político chií Moqtada al-Sadr, se sumó el jueves al llamamiento a la movilización e instó a sus milicias a proteger a los manifestantes.

Vencedor en las últimas legislativas y socio de la coalición de Gobierno, se desmarca del Ejecutivo y reclama elecciones anticipadas, posicionamiento que puede condicionar el carácter de la movilización, inicialmente antipartidaria.