La semana postelectoral se saldó con un balance negativo del 1,41%, a pesar del rebote de ayer, que dejó al Ibex en los 9.261,40 puntos tras ganar un 0,96%. Para la reducción de las pérdidas semanales no había argumentos de peso, al menos dentro del Estado español, donde se mantienen las críticas de la mayoría de analistas al posible gobierno de coalición entre el PSOE y UP. Se siguen blandiendo las previsibles subidas de impuestos y la aplicación de nuevos gravámenes como el principal problema para el crecimiento de la economía.

Fuera del Estado español, los inversores volvieron a escuchar buenas palabras desde Washington y Pekín sobre las negociaciones comerciales. Larry Kudlow, asesor económico de Donald Trump, y el Ministerio de Comercio chino incidieron en destacar los esfuerzos de ambas partes para llegar al acuerdo, aunque desde Pekín se insistía en pedir la cancelación de los aranceles adicionales para allanar el camino.

Este buen ambiente catapultaba a los índices de Nueva York hacia sus nuevos máximos históricos. En el caso del Dow Jones, llegaba a los 27.950 puntos a la hora del cierre en Europa, mientras el S&P 500 superaba los 3.100 puntos. Los mercados europeos, por su parte, cerraron en verde. París mejoró un 0,65%, Fráncfort, un 0,47%, y Londres, un 0,14%.

En el Ibex, los bancos pudieron respirar tras los castigos previos. Todos terminaron al alza encabezados por Bankia (+2,62%), Sabadell (+1,52%), Caixabank (+1,35%) y Bankinter (+1,06%). BBVA y Santander sumaron un 0,73% y un 0,58%, respectivamente. Los mejores del índice fueron Cellnex (+4,35%) y Merlin (+3,34%). En el lado de los perdedores, Red Eléctrica (-0,84%) y Viscofan (-0,54%) registraron las mayores caídas.