Beñat ZALDUA
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS DEL 10N

Nafarroa, ¿más riberos votando a EH Bildu y «progres» apoyando a Vox?

Nafarroa está cambiando. En términos electorales, las diferencias entre el norte y el sur siguen siendo enormes, pero las cosas se mueven. EH Bildu logró en estos comicios un apoyo nunca antes visto en el sur del territorio. Paralelamente, el análisis de las mesas electorales también indica que algunos votantes del PSN pudieron optar por Vox.

Nafarroa sigue siendo, en términos generales, Nafarroa; un territorio de grandes contrastes electorales dividido geográficamente entre un norte que opta mayoritariamente por partidos abertzales, un sur que lo hace sobre todo por unionistas y una franja media en disputa. Esta, sin embargo, no es una foto fija, está en movimiento. No hay terremoto, pero sí fricción de placas tectónicas.

Una forma de aproximarse es examinar a los dos partidos que han registrado un comportamiento a contracorriente. El domingo pasado fueron a votar 33.107 personas menos que el 28 de abril, y pese a ello, hay dos formaciones que crecieron en número de votos. EH Bildu recibió casi 10.000 votos más, mientras que Vox, de forma más discreta, sumó 885 papeletas extra. Intentar adivinar de dónde vienen estos votos puede dar pistas sobre esos movimientos de fondo, que no solo se explican por la movilización de abstencionistas. Es decir, vienen de otros partidos.

El análisis de los votos por mesas electorales ayuda también a confirmar intuiciones y validar opiniones sobre la dirección en que se mueven los votantes. Siempre será un ejercicio especulativo, pues la única manera de saber a ciencia cierta qué ha votado cada ciudadano es que nos lo diga él mismo, pero es un acercamiento a pie de mesa electoral el nivel más detallado al que se pueden analizar unos resultados electorales.

EH Bildu rompe su techo

Los números de la izquierda independentista son sorprendentes. Los resultados de abril (46.765 votos) superaron todos los registros conocidos a excepción de la ola de Amaiur –que en 2011 se quedó a las puertas de llegar a las 50.000 papeletas–. En esta ocasión, sin embargo, EH Bildu se ha elevado hasta los 56.387 votos, una cifra inédita para una formación independentista en Nafarroa. En el Senado la cifra se elevó hasta los 58.214 votos de Oihan Mendo.

Esto evidencia que, a diferencia de otras formaciones, ha tenido una alta fidelidad de voto, y que la mayoría de los que les votaron en abril volvieron a hacerlo el 10N. Pero eso no lo explica todo. Otra parte del fenómeno puede venir del voto joven –esta vez tuvieron derecho a voto 1.236 personas más que en abril–, y otra de la abstención, siempre móvil. Que la participación general bajase no significa que no haya habido gente que el 28A se quedó en casa y ahora haya optado por votar. La posibilidad real de obtener un escaño que en abril quedó a solo 510 votos es, sin duda, una máquina de movilizar voto. No hay nada como sentir que tu voto puede marcar la diferencia.

El crecimiento de EH Bildu respecto al 28A se puede observar en este mapa interactivo, en el que se puede consultar la evolución en el herrialde mesa a mesa:

Zirauki puede ser la prueba de ese voto abstencionista. Geroa Bai perdió once votos, Podemos ocho, y sin embargo, EH Bildu ganó 22. Ni sumando todos los votos perdidos por Geroa Bai y Podemos se explica el crecimiento del apoyo a Pozueta.

Pero hay un grueso del voto que viene de otras formaciones. Lo lógico, en términos de voto vasquista, es pensar que mucho de ese apoyo viniese de Geroa Bai, que perdió casi 10.000 papeletas. Analizando las mesas electorales, esto es evidente en Sakana, en Baztan o en Leitza, por ejemplo. En esta última localidad, por ejemplo, hay una mesa en la que EH Bildu sube 39 votos, Podemos baja solo dos y Geroa Bai se deja 44. Parece indiscutible de dónde vienen aquí los nuevos apoyos.

En sentido inverso, en el sur del territorio navarro el trasvase es otro, y resulta más novedoso. Corella, Murchante, Peralta, Castejón y Lodosa son algunos de los municipios en los que se detecta con suma facilidad el viaje que han hecho votantes de Podemos a EH Bildu. Un trayecto que, en muchos casos, cabe suponer que se ha realizado por primera vez. En Peralta, por ejemplo, es palmario el caso de una mesa en la que Geroa Bai solo pierde un voto, Podemos cae 29 y EH Bildu crece 15. En Castejón nos encontramos otro escrutinio en el que los de María Solana pierden dos, los de Ione Belarra, ocho, y los de Bel Pozueta ganan, justamente, diez.

La existencia de este trasvase, aunque no sea masivo, puede indicar que, de Iruñea para abajo, EH Bildu está logrando romper la barrera identitaria. Personas a las que lo vasco –no ya el independentismo– queda lejos ven ahora a EH Bildu como una opción posible. Es algo que ya viene pasando en los últimos años en Iruñerria y en la Zona Media –donde el análisis de las mesas muestra que EH Bildu recoge voto tanto de Geroa Bai como de Podemos–, pero sí que es algo novedoso en la Ribera.

Podemos buscar parte de la explicación en el voto joven, así como en el papel de EH Bildu en las dos últimas investiduras navarras, en las que ha posibilitado la formación de gobiernos alternativos a la derecha sin exigencias egoístas.

Vox no solo suma votos de Na+

Quien no sale del voto identitario, desde luego, es Vox. El desempeño de la extrema derecha es muy desigual en el territorio –véase el cuadro, en el que se recogen localidades representativas de toda Nafarroa–. En el norte sigue sin rascar bola, y en Iruñea incluso perdió votos, pero en la Ribera su tendencia fue al alza. El análisis de las mesas deja en evidencia los vasos comunicantes entre Navarra Suma y Vox. En términos generales, donde crecen unos bajan los otros, y viceversa. Pero no solo.

Son demasiadas las mesas en las que tanto Vox como Na+ suben, o en las que Vox crece por encima de la caída de la alianza conservadora, como para no contemplar la posibilidad de que votantes del PSN hayan optado por Abascal. Lizarra, Zizur, Ablitas, Arguedas, Azagra, Cadreita, Fitero, Corella, Tutera, Valtierra o algunas zonas de la misma Iruñea son ejemplos.

En Lizarra hay una mesa en la que Vox crece siete votos y Navarra Suma 19, mientras el PSN pierde 49. En Marcilla hay otra en la que la extrema derecha crece 16 papeletas, mientras que Na+ pierde solo una y el PSN, 19. En Villafranca hay mesas en las que VOX suma 9 y 11 papeletas nuevas, mientras Na+ pierde «solo» cinco y seis, frente a las 16 y 10 que se deja el PSN.

El éxodo no es masivo, y puede tener una estación intermedia –es decir, que votos del PSN hayan ido a Na+, y votos de esta última hayan ido a Vox–, pero es suficiente para encender las alarmas, dado que la experiencia europea indica que el salto cualitativo de la extrema derecha empieza cuando pasa de recoger votos de la derecha a pescar también entre votantes que alguna vez se declararon a sí mismos de izquierdas.