Natxo MATXIN
OSASUNA

Heróica remontada de un bloque sólido y comprometido

La escuadra navarra anota sus dos últimos goles estando en inferioridad numérica durante 40 minutos tras la expulsión de Roncaglia.

ESPANYOL 2

OSASUNA 4

 

A este equipo da gusto verle. Sólido, comprometido, solidario, inquebrantable... se acaban los adjetivos para describir el espíritu que le ha sabido imprimir Jagoba Arrasate y su staff técnico, causa indiscutible de su rendimiento y resultados. Que un conjunto en inferioridad numérica durante nada menos que 40 minutos sea capaz de marcarle dos goles a un rival que se juega la vida ante su público está al alcance de muy pocos.

Y uno de ellos, por lo que se pudo ver ayer, es Osasuna. Una vez más, y van unas cuantas, los rojillos se vieron obligados a remontar, volvieron a ser mejores tras el descanso y firmaron su segunda victoria foránea de la temporada. Ello les lleva a estar rozando puestos europeos, algo anecdótico, pues lo realmente importante son los 22 puntos que atesora a estas alturas de campeonato, una cifra que les lleva a estar muy por encima del horario previsto, como le gusta decir al míster vizcaino.

Un colchón, además, que le permite al cuadro navarro afrontar con más garantías el Tourmalet que le aguarda de aquí al final de año con Sevilla, Atlético y Real, por ese orden. Y un marcador, el cosechado en el estadio periquito, que ahuyenta posibles fantasmas tras la derrota encajada en el derbi, demostrando que este bloque sabe reaccionar de manera inmediata y que confía plenamente en su idea futbolística y el trabajo que se desarrolla a diario en Tajonar.

Ahí es donde cabe buscarle explicación al talante con el que Osasuna saltó al feudo espanyolista, sin especulación ninguna y quitándole el esférico a su necesitado anfitrión. Una desacomplejada personalidad a la que en primera instancia no le correspondieron acciones de peligro ni ocasiones de gol, algo que sí ocurriría durante el transcurso del segundo periodo.

Más bien al contrario, ese dominio se vio castigado en el primer acercamiento con criterio de los locales. Unas manos de Roncaglia dentro del área que nadie vio en directo, pero sí el chismoso VAR, dieron lugar a una pena máxima transformada por Marc Roca, ante la que Juan Pérez, inesperado titular al no reponerse de sus molestias físicas Sergio Herrera, bien poco pudo hacer. El partido tomaba unos derroteros pesimistas, muy alejados de como acabaría concluyendo el duelo.

Inasequible al desaliento, este equipo sabe sufrir y lidiar con un marcador en contra. Los pupilos de Arrasate siguieron a lo suyo, acrecentando más si cabe su presencia en los dominios de un Diego López que evitó que su escuadra encajase antes de la llegada del receso. No le supuso excesivo esfuerzo una falta lateral y un posterior chut de Roberto Torres, amén de otro disparo de Chimy Ávila, todos ellos centrados, pero sí tuvo que emplearse a fondo para, en colaboración con el larguero, impedir el 1-1 en un zapatazo que desde fuera del área se sacó el de Arre.

Una apisonadora

Lo mejor estaba por venir en la segunda mitad, tras ese descanso en el que el preparador de Berriatua les pone las pilas habitualmente a los suyos. No faltó a la tradición y el equipo salió tan intenso, que en apenas tres minutos ya le había dado la vuelta al electrónico. Visto y no visto, Osasuna se subió a la chepa del Espanyol con un testarazo inmisericorde de Rubén García entrando en el segundo palo tras fantástico centro de Estupiñán y una diana, la quinta, de un Chimy Ávila que trabajó a destajo a la búsqueda del fallo rival y que lo encontró en una mala cesión de Bernardo.

El once rojillo había puesto patas arriba el encuentro y apuntaba a más, pero casi a renglón seguido, la expulsión de Roncaglia –el argentino debió contenerse en su entrada sabiendo que estaba amonestado– sembró dudas en la progresión navarra y obligó a su entrenador a recomponer piezas, más todavía cuando minutos después, Nacho Vidal volvía a caer lesionado muscularmente.

Todo parecía ponerse en contra, con nada menos que 40 minutos por delante y un Espanyol al que su parroquia le pedía volcarse con uñas y dientes en pos de los tres puntos. Esa ansiedad le hizo ser previsible ante un Osasuna muy bien ordenado atrás y que no renunció a salir rápido para sacar tajada de los huecos que fueron dejando los periquitos, todo ello fundamentamentado en una condición física digna de elogio.

Mientras, los minutos iban pasando y solo hubo necesidad de que Juan Pérez se emplease a fondo en un cabezazo de Calleri. Cada vez más controlado el envite, los rojillos no abandonaron la idea de hacer más sangre. Moncayola, que había salido para hacer las funciones de improvisado lateral derecho, se encontró en la otra parte del campo con una nueva indecisión local que le sirvió para estrenarse como goleador con el primer equipo gracias a una diana de fuerza y técnica. Faltaba la guinda. Otro largo sprint en el 92 de Ávila trajo consigo el segundo penalti del partido, materializado por Roberto Torres, que convertía en anécdota el postrero gol de Calleri.

 

«Probablemente, la mejor segunda parte»

Jagoba Arrasate comentó a la conclusión del segundo triunfo a domicilio de la presente campaña que «probablemente» los suyos hicieron «la mejor segunda parte» en lo que se lleva de Campeonato.

El preparador rojillo subrayó que la diferencia estribó en «el estado anímico de los dos equipos». Así, apuntó que su equipo supo aprovecharse «de los errores» del rival y de «no tener mochila», en referencia a la situación clasificatoria del Espanyol y su nefasto bagaje casero.

No solo eso, el técnico de Berriatua resaltó el «enorme mérito» de su escuadra por «no dejar de atacar con diez» y el hecho de que «no se rinde, lo que nos ha permitido llegar a tiempo al partido», para acabar trayéndose los tres puntos a Iruñea.

Desveló que en el descanso les pidió a sus jugadores «ser nosotros mismos, más dinámicos en ataque, tirando la línea defensiva más arriba, y hemos tenido recompensa en la primera acción, lo que te da confianza». N.M.