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LONDRES
WESTMINSTER APRUEBA LA LEY DEL BREXIT

Los Comunes dan luz verde a la salida de la UE el 31 de enero

El próximo 31 de enero Gran Bretaña dejará de formar parte de la UE y comenzará a aplicarse el acuerdo de salida aprobado ayer definitivamente en la ley del Brexit por la Cámara de los Comunes. Con su holgada mayoría absoluta, el Partido Conservador de Boris Johnson cerró cuatro años de acalorados debates y abrió otra complicada etapa.

La Cámara de los Comunes aprobó ayer la ley del Brexit, la herramienta para implementar el acuerdo pactado por el Gobierno de Boris Johnson y la Unión Europea para que Gran Bretaña abandone el bloque comunitario el próximo 31 de enero. Los diputados británicos dieron luz verde a esta ley con 330 votos a favor y 231 en contra, en una sesión histórica, aunque previsible, en contraste con los maratonianos y acalorados debates que durante años se han vivido en la Cámara.

La norma pasará ahora a los Lores, donde se espera que sea ratificada la próxima semana. Si la Cámara Alta realiza cualquier cambio, tendrá que volver a los Comunes. Si no es así, se prevé que el proceso concluya con la firma de la ley por la reina Isabel II el 22 o 23 de enero.

La Ley del Acuerdo de Retirada «recoge la voluntad del pueblo británico y sienta las bases para un futuro brillante fuera de la UE», afirmó el ministro del Brexit, Stephen Barclay, en el primero de los tres días de discusión en Westminster, el pasado martes.

El texto recoge entre otras cuestiones los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido y los de los británicos en la UE, la factura –de unos 39.000 millones de libras– que Londres deberá pagar para cumplir sus compromisos financieros con el bloque y el modo de mantener abierta la frontera terrestre en la isla de Irlanda.

El debate parlamentario era una mera formalidad, dado que la Cámara Baja ya dio un primer ‘sí’ a la ley del Brexit después de las elecciones generales del 12 de diciembre en las que el Partido Conservador recuperó la mayoría absoluta. El texto, inicialmente negociado por la anterior primera ministra, Theresa May, y modificado por Johnson, fue reiteradamente rechazado por el Parlamento, lo que obligó a tres aplazamientos y provocó una profunda crisis política.

La ley materializa la promesa electoral de Johnson, de llevar a cabo el Brexit el 31 de enero, casi cuatro años después del referéndum en el que los británicos decidieron desvincularse de la UE, poniendo fin a 47 años de complicada relación. Por primera vez desde su creación, el bloque comunitario perderá un miembro y ganará un poderoso competidor comercial y financiero a sus puertas, con el que ahora comienza una no menos complicada negociación sobre su futura relación.

 

Se abre una compleja negociación difícil de cerrar en once meses

Londres y Bruselas comienzan ahora la fase más compleja del Brexit, aunque el primer ministro británico, Boris Johnson, pretende solventarla en once meses de negociación para forjar la nueva relación. De lo contrario, al terminar 2020, volverá el fantasma del Brexit sin acuerdo. El proceso ha durado años con otros países, por lo que la Comisión Europea estima que el plazo de Johnson es demasiado corto. El primer ministro, por su parte, asegura que no va pedir ninguna prórroga.

Bruselas intentará que Londres acepte unas normas comunes para garantizar la igualdad de condiciones para las empresas del bloque ante el temor a una agresiva política fiscal, a lo que Londres se resistirá rechazando seguir atado por normas ajenas. Si el acuerdo es lo suficientemente ambicioso será necesario que lo ratifiquen los parlamentos estatales y algunos regionales de la UE. En ese proceso, intervendrán los intereses de cada miembro de la UE, que presionarán para obtener sus objetivos. Alemania y Polonia quieren facilitar el comercio exterior de la automoción mientras los estados español y francés harán hincapié en agricultura y pesca. Madrid intentará, además, poner sobre la mesa el estatus de Gibraltar, garantizar el mantenimiento del turismo británico y el acceso a los servicios financieros de la City de sus grandes bancos. La multitud de intereses estatales y dentro de cada país, hacen imposible cerrar un pacto con rapidez .GARA