Belén Martínez
Analista social
AZKEN PUNTUA

¿Annus mirabilis?

Y si el ángel de la Historia hubiera cambiado de aspecto? En 2005, una página web alemana proponía a las empresas ofrecer sus ofertas de empleo, y a las y los candidatos a los puestos fijar el salario mínimo por el que estaban dispuestos a trabajar. Es la la ley de la oferta y la demanda: licitar y tantear. Como Sotheby's, pero con puja a la baja. Servidumbre consentida según la Vulgata de la economía liberal. El sitio fue prohibido, pero Leviatán no sestea.

«Y en ese claroscuro surgen los monstruos», decía Gramsci. El auge del fascismo está relacionado con procesos de lumpenización social y política, con la confusión de las luchas y el «sálvese quien pueda». No son los andrajosos y las harapientas típicos de las estampas dickensianas, los vagabundos rimbaudianos o el sottoproletariato romano pasoliniano. Lo más parecido, serían las y los chavs de Owen Jones, personas desclasadas y desmoralizadas (airadas, también) bajo el régimen de la Bancocracia.

Inauguramos año y un Gobierno de coalición dizque de izquierdas, en España. Y no me preguntéis por qué, he recordado el manifiesto ¡Salga y empuje!, firmado por Lindsay Anderson y Lorenza Mazzetti, entre otras, que decía: «Luchar significa comprometerse, creer en lo que se dice y decir aquello que se cree». No nos rindamos.