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Dimite el Gobierno ruso tras el anuncio de reforma constitucional de Putin

La reforma constitucional que propuso el presidente ruso, Vladimir Putin, motivó que el Gobierno se hiciera a un lado para facilitar unos cambios que dan más poder al Parlamento. Además, prepara el terreno para la sucesión –o continuidad– de Putin en 2024.

El primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, presentó ayer al presidente, Vladimir Putin, la renuncia de su gobierno, una inesperada reacción el discurso del jefe de Estado en el que propuso reformas constitucionales que Medvedev dijo querer facilitar.

«Nosotros, como Gobierno de la Federación de Rusia, tenemos que dar al presidente de nuestro país los medios de tomar todas las medidas que se imponen. Es por ello (...) que el Gobierno en su composición actual presenta su dimisión», señaló Medvedev.

Vladimir Putin propuso una serie de reformas de la Constitución para reforzar los poderes del Parlamento, aunque preservando el carácter presidencial del sistema político que dirige desde hace 20 años, preparando el terreno para su sucesión –o continuidad– a partir de 2024.

La principal medida anunciada tiende a reforzar el papel de la Duma en la formación del Gobierno, dándole la prerrogativa de elegir al primer ministro. Actualmente, el Parlamento confirma la elección que hace el jefe de Estado.

Según Putin, se trata de un cambio significativo para el que cree que Rusia está ya bastante «madura». En estos momentos, las dos cámaras parlamentarias están dominadas por fuerzas pro-Putin que sostienen la voluntad del Kremlin.

Medvedev, con quien Putin ha turnado los cargos de primer ministro y presidente en las últimas décadas, explicó que dimitió tras la decisión de su mentor de aportar «cambios fundamentales en la Constitución» rusa, reformas que modifican «el equilibrio de los poderes» ejecutivo, legislativo y judicial.

Presidencialismo

Entre otras propuestas de reformas expuestas por Putin figura la que da prevalencia a la Constitución por encima de los tratados internacionales,que solo serán aplicados si no se contradicen con la Carta Magna y no limitan los derechos y libertades de los rusos.

Además, reforma los poderes de los gobernadores regionales, prohibe a los miembros del gobierno y a los jueces tener permisos de estancia en el extranjero y obliga a cualquier candidato a presidente a haber vivido los últimos 25 años en Rusia. Sin embargo, Putin, que según la legislación actual no tiene derecho a postularse en 2024, subrayó que Rusia debía mantenerse como un sistema presidencial. «Rusia debe permanecer como una república presidencial fuerte. Es por ello que el presidente, por supuesto, conservará el derecho de establecer las misiones y prioridades del Gobierno», advirtió.

El jefe de Estado mantendrá el derecho a destituir a cualquier miembro del gobierno y nombrará a los jefes de todas las estructuras de seguridad. También propuso reforzar los poderes del Consejo de Estado, una institución consultiva compuesta por varios responsables nacionales y regionales.

Putin empieza a preparar así el escenario de 2024, aunque mencionó de forma muy vaga la cuestión de una eventual transferencia del poder.

La Constitución vigente obliga al presidente a dejar el cargo tras ejercer dos mandatos consecutivos, pero no le impide regresar al Kremlin posteriormente. Esa cláusula permitió a Putin presidir Rusia durante ocho años (2000-2008), ejercer el puesto de primer ministro durante los siguientes cuatro y regresar al Kremlin al ganar las elecciones en 2012.

Ya abordó el tema en diciembre, lo que relanzó las especulaciones sobre una salida programada del Kremlin al final de su mandato y el debate sobre si podría mantener el poder a través de nuevas funciones o un eventual regreso al cargo de primer ministro.

Mishustin, un técnico en impuestos sustituye a un Medvedev con una mermada popularidad

Tras la dimisión del Gobierno, Putin envió a la Duma la candidatura de Mijail Mishustin para sustituir a Dmitri Medvedev como primer ministro. Mishustin, economista de bajo perfil político, ejercía desde 2010 como jefe del Servicio Federal de Impuestos.

Sustituye a un Medvedev cuya labor ha sido duramente criticada. Frente a la gran popularidad de Putin, solo un 36 % aprobó su gestión en las encuestas de opinión y su dimisión fue ampliamente demandada durante los últimos años. Medvedev sustituyó a Putin como presidente ruso (2008-2012) cuando éste tuvo que abandonar el Kremlin al ejercer dos mandatos presidenciales consecutivos, en un enroque que permitió a Putin seguir controlando el poder. Medvedev ha trabajado estrechamente con Putin desde 1999, primero como jefe de campaña, jefe de Administración presidencial y después como primer ministro. Putin ya le ha buscado acomodo al frente del Consejo de Seguridad, un órgano que asesora al presidente en cuestiones de seguridad nacional. GARA