Ekaitz RETAMOSA
EFE

LOS SALINAS, LOS HERMANOS CHILENOS QUE TRIUNFAN EN EL BIDASOA-IRUN

Rodrigo y Esteban Salinas son dos de los pilares del éxito irundarra estas dos últimas temporadas. Nacidos en Viña del Mar, decidieron apostar en su día por perseguir un sueño, el de convertirse en jugadores de balonmano al más alto nivel. Y a fe de que lo han conseguido.

No fueron los primeros ni los últimos en dejar atrás su vida para aterrizar en otro continente en busca de su sueño. Desde Chile a Europa. Lo hicieron por el balonmano, un deporte que ha dado muchas alegrías a Rodrigo Salinas (1989) y Esteban Salinas (1992), hermanos nacidos en Viña del Mar (Chile) y que triunfan en el balonmano en las filas del Bidasoa.

Antes de cruzar a Europa, ambos empezaron a jugar a «handball», como dice Esteban, en el colegio Winterhill: «Teníamos un tío que entrenaba, les faltaba un portero y me puse. Era un poco loco», cuenta Rodrigo entre risas. Desde esas primeras paradas, el ahora lateral derecho pasó por el pivote, extremo y central. Esteban triunfa desde hace años en el pivote, donde empezó a jugar a pesar de que no le gustaba: «Era gordito y el entrenador me puso ahí».

El mayor de los hermanos, Rodrigo, aterrizó con 16 años en León para realizar una prueba con el Ademar porque deseaba «seguir creciendo» como jugador y sabía que «en Chile no podría hacerlo». Esteban miraba la aventura de su hermano con cierto recelo, pero verlo en la selección chilena le motivó para decidirse por el balonmano. «Estuve un año trabajando de camarero para reunir dinero y Rodrigo me recibió en Torrevieja», recuerda.

Fue en la ciudad alicantina donde se juntaron por primera vez en Europa, en la temporada 2011/2012. Rodrigo estaba en el primer equipo y Esteban llegó al “B”: «Jugamos un amistoso juntos», recuerda Esteban. Pero fue en el Bidasoa-Irun, en el verano de 2018, donde volvieron a reencontrarse sobre la cancha. Esta vez en la misma plantilla. «Jacobo Cuétara, el entrenador del Bidasoa, me pidió el número de Esteban para ficharlo. Su llegada me dio pie para renovar dos años más», explica Rodrigo.

Los dos comparten en la actualidad vestuario y ciudad. «Fue fácil volver a jugar juntos. Saber que íbamos a estar dos años en la misma plantilla fue fácil. Es rico estar con su mujer, su hijo, con él…», explica Esteban. Ambos están de acuerdo en que lo que más han extrañado durante estos años ha sido vivir en Chile algunas fechas señaladas, como el fallecimiento de sus abuelos, que fue «lo más duro».

A pesar de la separación de familiares y amigos, Rodrigo explica que no ha sentido «tanto sufrimiento emocional», por el hecho de poder viajar a Chile dos veces al año con la selección: «Se les hizo más duro a mis padres y amigos que a mí: soy yo el que va buscando mi sueño». Ahora, con su hermano Esteban en Irun y después de formar una familia con su mujer, lo lleva «más fácil».

Esta temporada, con el Bidasoa-Irun, Rodrigo y Esteban Salinas están jugado la Velux EHF Champions League tras quedar la pasada campaña subcampeones de la Liga Asobal, en un equipo en el que ambos han destacado en sus respectivas posiciones.

«Los familiares y amigos siempre han estado apoyándonos. La prensa de Chile, por los resultados de la selección, han hablado más del balonmano, y de nosotros bastante tras el subcampeonato», explica Esteban. «En Chile se ve más el logro que la preparación hacia ese éxito», lamenta Rodrigo.

Esteban dejará la disciplina del Bidasoa-Irun al final de esta campaña, en junio de 2020, por lo que nuevamente las vidas deportivas de ambos se van a separar. El pivote tiene claro que echará de menos a su hermano y también «a su mujer y su hijo».

Esteban ha pasado solamente por equipos de la Liga Asobal –Zamora, Benidorm y Bidasoa–, por lo que el idioma no ha sido un impedimento para su adaptación, pero su hermano Rodrigo ha protagonizado un largo periplo por Europa, al militar en varios equipos estatales (Huesca, Torrevieja, Granollers y Bidasoa), de Rumanía (Steaua de Bucarest) y de la liga francesa (Nantes y Chartres).

Esa experiencia «fue positiva porque buscaba algo que aprender». «Tuve temporadas malas pero sacas cosas positivas en el aspecto mental», admite el lateral, quien reconoce que la adaptación a cada ciudad le resultó «difícil».

A pesar de los cambios de clubes por los que han tenido que pasar, ninguno de los dos hermanos se olvida de dónde vienen. Rodrigo y Esteban Salinas coinciden en que hoy en día son quienes son por «los padres, hermanos, tíos, abuelos, amigos…». Los dos triunfan en Europa pero siempre con Chile en su pensamiento. Quizá un nuevo club en el futuro y seguro que la selección chilena les volverá a reunir en la cancha, aunque ahora se centran en redondear la temporada en el Bidasoa.