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PEKÍN

China aísla Wuhan para contener la epidemia

El nuevo coronavirus, que ya ha causado 17 muertos y ha contagiado a cientos de personas en China, podría mutar y propagarse fácilmente, lo que aumenta el temor a escala internacional, sobre todo tras la confirmación de un primer caso en EEUU. Las autoridades chinas decretaron el cierre de Wuhan, la ciudad epicentro de la enfermedad. La OMS se reunió para decidir si declaraba una emergencia internacional, pero finalmente pospuso a hoy su decisión.

Wuhan, con 11 millones de personas, es una ciudad cerrada y atemorizada. Las autoridades de la ciudad china epicentro del coronavirus que se ha saldado por el momento con 17 muertos en el país, anunciaron ayer el cierre del transporte público como medida de contención de la enfermedad. Asimismo, el Gobierno chino pidió a aquellos que viven en ella que no abandonen la zona e informó de que las estaciones de tren y el aeropuerto permanecerán cerrados.

El viceministro de la Comisión Nacional de Salud de China, Li Bin, anunció que el coronavirus ha causado ya 17 muertos y ha sido diagnosticado a unas 440 personas, la mayoría en Wuhan, auténtico centro de comunicaciones situado a orillas del río Yangtsé. En total, 1.394 personas estaban bajo observación médica. El virus, que se transmite por vías respiratorias, «podría mutar y propagarse más fácilmente», explicó.

La epidemia fue detectada por primera vez el mes pasado en un mercado de abastos, donde se vendían animales salvajes de forma ilegal, declaró el director del Centro Nacional de Control y de Prevención de Enfermedades, Gao Fu.

El alcalde de Wuhan, Zu Xianwang, pidió a los residentes que no salgan de la ciudad, y que los visitantes posterguen sus viajes en la medida de lo posible.

El miedo aumentó el lunes, cuando se reveló que las personas pueden contagiarse entre sí. Las autoridades dijeron en un primer momento que el virus parecía transmitirse directamente de animal a hombre, y que no había contaminación interhumana.

Ya no quedan mascarillas en las farmacias. Como medida de prevención se habían instalado detectores de fiebre en estaciones y aeropuerto, finalmente cerrados, y puestos de control en los que se medía la temperatura corporal.

Para evitar cualquier concentración, las autoridades anularon los festejos previstos para el Año Nuevo chino, el 25 de enero. El famoso templo budista Guiyuan, en el que el año pasado se reunieron 700.000 fieles, anuló las celebraciones.

El nuevo coronavirus es similar a otros surgidos en años recientes, como el que provoca el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), que mató a casi 650 personas en toda la región en 2002-2003, o el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS). Sus síntomas son parecidos a los de un catarro, pero pueden venir acompañados de fiebre y fatiga, tos seca y dificultad para respirar.

El Gobierno chino ha clasificado este brote en la misma categoría del SRAS. Eso significa aislamiento para los diagnostica- dos, y la posibilidad de determinar cuarentenas.

La Confederación Asiática de Fútbol anunció que los partidos de fútbol femenino clasificatorios para los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, programados en febrero en Wuhan, fueron trasladados al este del país.

Aunque este nuevo coronavirus fue identificado originalmente en Wuhan, ya está presente en al menos 13 provincias chinas, en Hong Kong y en Macao. También se han registrado casos en Japón, Corea del Sur, Tailandia y Taiwán. EEUU confirmó el martes su primer caso, un varón de unos 30 años que llegó el 15 de enero a Seattle y llamó a los servicios médicos tras sentir los primeros síntomas. El enfermo no visitó ninguno de los mercados de Wuhan, apuntados como el origen del coronavirus, pero sí viajó a esa región.