Maitane ALDANONDO

CALZADO PARA CICLISTAS URBANOS REPARABLE Y DE MATERIAL REUTILIZABLE

La empresa bilbaina Libertad Avenue diseña calzado y bolsos sostenibles y reparables para ciclistas urbanos. La iniciativa tiene en marcha una campaña de crowdfunding con la que quiere obtener el dinero necesario para llevar a cabo su primera producción.

Economía circular, moda lenta, reducción de desechos, cercanía, productos duraderos... Esas son algunas de las características de la marca de accesorios para ciclistas urbanos Libertad Avenue. Calzado y complementos de alta gama fabricados con materiales reciclados que pueden ser reparados una y otra vez. Su creadora es la chilena Carla Peirano, que desarrolla en Bilbo este proyecto que cruza dos de las industrias más contaminantes del mundo –la logística y la moda– y aúna su pasión por la bicicleta, su sensibilidad por el cuidado del planeta y su trayectoria en el campo de la moda.

El origen de la iniciativa está en una vivencia personal de Peirano vinculada a los pedales. Compró unos zapatos «preciosos» que a los ocho meses estaban para echar a la basura. Escribió a la marca pidiendo una suela para poder arreglarlos, a lo que se negaron, invitándole a comprar otro par. «Me molestó», recuerda, «llevaba tiempo dándole vueltas a ese problema y, dado que nadie estaba pensando en ello, decidí hacerlo yo». Aparcó un proyecto con textil orgánico y, consciente de que no tenía la formación necesaria, realizó el Master de Diseño de Calzado y Bolsos en Sao Paulo (Brasil). Tras su andadura eligió Bilbo para establecer y lanzar su proyecto, ya que, explica, «es una ciudad pequeña, pero tiene discurso; y al mismo tiempo es grande como para tener un aeropuerto que funciona y anonimato».

Inicialmente, intentó llevar a cabo la iniciativa de forma conjunta con una empresa, pero no cuajó. Entonces, presentó su idea a Bilbao Ekintza. «Me recibieron y les gustó la idea. Fue una experiencia muy bonita. Ha tenido un rol muy importante y solo tengo palabras de agradecimiento». Participó en talleres y cursos, además de recibir ayuda económica. También considera que el apoyo de la Asociación EmakumeEkin ha sido importante en la puesta en marcha de su idea. «A veces te desalientas, es mucho trabajo… estar con gente que te entiende, te anima, te ayuda a llevarlo bien», afirma.

Libertad Avenue no es su primer negocio. En Sao Paulo desarrolló la plataforma de moda sostenible Cara Pánico en la que diseñaba bolsos inspirados por la personalidad del cliente. Peirano considera que emprender es parte de su forma de ser, «he hecho muchas cosas, pero siempre como freelance». De ese aspecto de su carácter proviene el nombre de la marca. «De niña dicen que era muy independiente, hacia las cosas a mi manera. Mi abuela me llamaba Avenida Libertad, esquina Independencia. La bicicleta representa para mí esa sensación de libertad y de contacto con mi cuerpo, sentirme viva».

Campaña para lograr financiación

Tras tres años de diseño y testeo, así como una inversión de 35.000 euros, el 15 de enero lanzó una campaña de preventa en la plataforma de crowdfunding Kickstarter con el objetivo de obtener 22.000 euros que le permitan acceder a financiación bancaria para realizar su primera producción. Se puede contribuir económicamente sin recompensa o adquirir los productos a un precio reducido, de entre 160 y 225 euros, dependiendo de la referencia. A cambio, podrán escoger el color una vez cerrada la campaña el 15 de febrero y recibirán como regalo unos cordones reflectantes. Los pedidos se entregarán a partir de abril de 2020 a la Eurozona, Estados Unidos y Canadá. Un mes después, comenzará la comercialización a través de su tienda online www.libertadavenue.com.

En una segunda fase venderá también suelas y cordones con los que personalizar el producto y prolongar su vida útil. Son suelas ecoTPU o fabricadas a partir de neumáticos que pueden sustituirse una y otra vez. Por su parte, los bolsos son de cueros procedentes de granjas con certificado de bienestar animal, con tintes no contaminantes y forros elaborados a partir de botellas PET recicladas. Los proveedores son de cercanía y cada producto se diseña y fabricará a mano en la península ibérica. A medio plazo, «en año y medio-dos años», espera poder empezar a implementar una parte textil. Venderá online, pero también quiere trabajar con tiendas multimarcas, porque quiere apoyar el comercio local, «es muy importante para mí, queremos ciudades vivas».

Los productos responden de manera especializada a las necesidades que los y las ciclistas urbanas tienen respecto al calzado y los accesorios en cuanto a diseño, usabilidad o seguridad. El diseño ergonómico y los materiales contribuyen a la sujeción del pie y al confort, e incorporan elementos reflectantes. En ese sentido, la empresa participa en un proyecto de la Unión Europea para incorporar, a medio plazo, tecnología innovadora a sus productos, relacionada con la seguridad de las personas usuarias.