GARA
BAGDAD

El movimiento sadrista trata de reventar las protestas contra la clase política iraquí que comenzó apoyando

Al menos un manifestante antigubernamental murió y tres resultaron heridos cuando seguidores del movimiento chií sadrista asaltaron una acampada de protesta en la localidad de al-Hilla, al sur de Bagdad

Los sadristas, identificados por sus cascos azules, intentaron reabrir las escuelas y edificios administrativos en esta ciudad y en Kut, cerrados desde hace semanas.

En Najaf, ciudad chií igualmente santa como Kut, los sadristas trataban de reabrir las carreteras. El sábado pasado, los «cascos azules» tomaron al asalto el restaurante turco en Bagdad, centro neurálgico de las protestas en la capital.

El clérigo chií Moqtada al Sadr anunció ese día su apoyo al nuevo primer ministro, Mohamed Taufiq Alawi, rechazado por los manifestantes al considerarlo parte de la casta política.

Tuits contradictorios

Al-Sadr, quien huye de los medios y es un pésimo orador, se alineó en octubre a favor de las protestas, que exigen la renovación total de la clase política, corrupta y clientelar.

Pero a finales de enero, y tras su reposicionamiento después de la muerte del general iraní Soleimani, Al-Sadr llamó a los suyos a levantar las tiendas junto a los protestantes y a volver a la normalidad. El pasado fin de semana volvió a pedir a los suyos que salieran a la calle en un tuit para sumarse a las protestas mientras apoyaba a Alawi.

Los expertos sostienen que el clérigo, que tiene millones de seguidores, quiere nadar y a la vez guardar la ropa