Koldo Campos
Escritor
AZKEN PUNTUA

¿Dónde están las sonrisas?

Se dice que un bebé sonríe 400 veces al día a diferencia de un adulto que no pasa de las 30 sonrisas diarias. Hacerse adulto, obviamente, no contribuye a hacernos más felices si la sonrisa, la más bella y humana expresión de que disfrutamos, es el costo que pagamos por «madurar».

El bebé que agradece haber comido, dormir plácidamente, que sonríe cuando nos reconoce junto a él, capaz de amar, de ser amado y de encontrar en el día 400 razones para sonreír, desde que se pone los pensamientos largos transforma sus risueñas maneras y mejores sonrisas en esas muecas desechables de poner y quitar que, cualquier día, aparecerán a la venta en los supermercados y las farmacias o podremos adquirir con la ayuda de un cirujano plástico que nos esculpa en la cara los buenos días y las buenas noches.

Y sin embargo, aún estamos a tiempo de crecer, todavía podríamos recuperar todas esas sonrisas perdidas. Bastaría que fuéramos capaces de recordar dónde las extraviamos, a cambio de qué juiciosa sensatez optamos por censurarlas o porqué aceptamos suprimirlas solo por parecer adultos o, lo que es lo mismo, niños grandes y arrugados. Bastaría que nos atreviéramos a vernos en esos que llevamos de la mano, cuyas voces cargamos a la espalda y para quienes nunca disponemos de tiempo. Tampoco de sonrisas.

(Preso politikoak aske)