El primer ministro británico, Boris Johnson, cumplió ayer con su promesa de remodelar su Gobierno tras el Brexit, pero fue más allá de la que se preveía como una crisis menor, con cambios principalmente en los niveles intermedios, con la inesperada salida del ministro de Finanzas, Sajid Javid.

A la salida de un peso pesado como Javid se han sumado las de ministros como la responsable de Empresas, Andrea Leadsom, o Medio Ambiente, Theresa Villiers, así como la del fiscal general, Geoffrey Cox. El ministro para Irlanda del Norte, Julian Smith, figura también en la lista de bajas, pese a la responsabilidad asumida en estos últimos meses para recuperar la gobernabilidad en este territorio.

Johnson se deshace así de los restos de la Administración de su predecesora, Theresa May, a la vez que abre la puerta a una política populista de ampliación de gasto y recortes de impuestos. Javid, que asumió el pasado julio la gestión de la Hacienda británica tras ser responsable durante el mandato de May de la cartera de Interior, tenía previsto presentar el próximo mes los presupuestos, por lo que todas las quinielas le situaban dentro del Ejecutivo.

Según la BBC, Javid habría dimitido de su cargo en respuesta a la demanda del primer ministro de que «despidiera a todos sus asesores especiales para reemplazarlos por otros del Número 10 (de Downing Street) para formar un solo equipo».

Con menos de siete meses en el puesto, es el ministro de Finanzas más breve en 50 años. Su cargo lo ocupará Rishi Sunak, que desde julio de 2019 ejercía de secretario del Tesoro y que es descrito como fiel a Johnson.