Representantes del Ejecutivo de María Chivite y del fondo buitre Testa, que dispone de 390 viviendas en Nafarroa, mantuvieron un encuentro que finalizó con el acuerdo que permitirá que las personas que se encontraban en riesgo de perder sus viviendas ante el aumento del alquiler anunciado podrán seguir en sus casas.

El vicelehendakari, José María Aierdi, que compareció ante la prensa junto al director de Vivienda, Eneko Larrarte, explicó que Testa asumió el planteamiento de que el alquiler máximo sea de 650 euros al mes por las viviendas de tres dormitorios; las de dos y un dormitorio tendrán un precio máximo inferior que se fijará el viernes. El Gobierno se comprometió a mantener el actual porcentaje de subvención para los inquilinos en la misma cantidad que suban los alquileres. Se estima una aportación suplementaria de 100.000 euros al año para las arcas forales.

Siete años de vigencia

Asimismo, Aierdi señaló que esta situación se alcanzará a través de un nuevo contrato con una vigencia de siete años, lo que, a su juicio, dotará de estabilidad a los inquilinos. En este sentido, destacó que la solución es con carácter retroactivo al 1 de enero, por lo que los contratos con alquileres de hasta 800 euros que han recibido algunos inquilinos quedarán sin efecto.

Aierdi y Larrarte también se reunieron con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Al término del encuentro, la plataforma alertó de que «todavía no hay acuerdo cerrado con el fondo buitre que dé una solución definitiva a las familias».

Indicó, así, que un alquiler de 650 euros no soluciona el problema, ya que muchas familias verían incrementada la mensualidad hasta 200 euros al mes, «lo que conllevará que muchas se queden en la calle por no poder asumir el alquiler».

«Tenemos que esperar a la semana próxima a ver la posición del fondo buitre», destacó la plataforma.