La Justicia chilena condenó ayer a 31 agentes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) por el «secuestro calificado» (desaparición) de la pareja de cineastas formada por Carmen Bueno Cifuentes y Jorge Müller Silva, ambos militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el 29 de noviembre de 1974 en el marco de la Operación Colombo, un montaje de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) –la policía secreta– para encubrir la desaparición de 119 prisioneros políticos con el apoyo de las policías secretas de Argentina y Brasil.

La Primera Sala del Corte de Apelaciones de Santiago sentenció a 20 años de cárcel a los principales agentes de la DINA, los generales Raúl Iturriaga Neumann y César Manríquez Bravo y los brigadieres Pedro Espinoza Bravo y Miguel Krassnoff Martchenko, que cumplen prisión por participar en violaciones de los derechos humanos durante la dictadura. Otros 27 policías fueron condenados a 12 años de cárcel.

Además, el Estado deberá pagar una indemnización de 50 millones de pesos (unos 60.500 dólares) a la hija de las víctimas.

Durante la dictadura de Pinochet, unas 3.200 personas murieron a manos de agentes del Estado, y de ellas 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos, mientras otras 40.000 fueron encarceladas y torturadas.